lunes, 15 de abril de 2013

BUEN TIEMPO.

BENDITA ENTRE LAS CUATRO.-

          ¡Suenan las trompetas! ¡Redoblan los tambores! ¡¡Es  PRIMAVERA!! Los ángeles tocan con sus arpas y violines "Las cuatro estaciones" Hasta ayer, la melancolía les obligaba a mantenerse en su letargo, dentro de nubes grisáceas y tormentosas; estornudaban y la lluvia caía sin cesar, e incluso, algún copo de nieve reblandecía sus alas almidonadas, teñidas de añil por el reflejo del cielo. El querubín más pequeño se quedó encogido, helado, por culpa de los vientos alisios que soplaban en todas direcciones.
               Hoy, al fin, paulatinamente, ha percibido la sensación de que todo a su alrededor flota, meciéndose al compás de la suave brisa que él, después de varias lunas, ya no conocía, y ha tenido ganas de dar un pequeño salto por si  se había olvidado de volar.
Querubines de la Sixtina, Rafael Sanzio.
               Se asusta  al notarse medio hundido en la nube vecina, pequeña como él, acolchada, cómoda, blanda, como si se hubiera tratado de un bebé soñoliento en la primera cuna de su existencia. Bajo el efecto de un resplandor inusual, se despereza con la calidez del cambio de estación. Quiere alzar su mirada por si divisa, como otras veces, algún ave juguetona, pero la intensa claridad se lo impide ¡otro salto!, ya es miel sobre hojuelas. Otra nube mayor, algo más oscura. Desde ahí sí puedo verlo todo. ¡¡HA SALIDO EL SOL!!
             
          (Había dos micros sobre primavera. No hay dos sin tres)  
             
Tornasol

2 comentarios:

  1. Ojala nosotros pudiésemos ver así el sol, desde la perspectiva de loa querubines!

    ResponderEliminar
  2. Y la sangre altera... No lo olvideis...

    ResponderEliminar