sábado, 27 de agosto de 2011

TRES REGALOS: EL SEGUNDO. INSPIRACION OCNOS.


Es una fotografía: Un sudario tapa tus brazos devastados a pinchazos. Tu madre quiere besarte, peinarte, pero la sujetan. No para de gritar nunca supe nada. Nunca extrañé nada. Le quitan el peine, me piden que lo esconda. Ella se cae al suelo, tu juventud le quema las entrañas. Isabel dámelo, por favor, dámelo. Le dan agua, la bebe entre arcadas. Sus ojos se van cerrando poco a poco, morados. Rezan. Rezan hasta que se duerme.
Cierro la puerta. Nos quedamos solos, tú y yo. Tengo las manos tan frías que no percibo tu piel acartonada. Primero paso los dedos por tu frente. Paso el peine por tus rizos, muy lento ¿Te acuerdas de la pluma que me regalaste? La llevé en mi estuche muchos meses. En el patio, cuando los niños me empujaban, me iba al rincón y escribía con ella. Le puse tu nombre aunque fuese de madera. Le puse tu nombre a muchos versos también. Todos repletos de azules y amarillos. Lejos de los portales oscuros a los que ibas. Lejos de las calles iguales. Lejos del olor a ácido y a limón. Cuando venías, no te los podía leer por vergüenza. Pero tú me sonreías y me abrazabas. Tu corazón latía cada vez más despacio. Alejándote. Cubro tu cara con la sábana. Siempre cubro tu cara. Siempre pongo la mano en tu pecho. Tu madre estás detrás de mi. Me sonríe. Me dice lo mucho que me quieres. Me da la mano. Todos están alrededor pero ella ya no llora. Me da la mano ¿Vamos a rezar?

 De Isabel Simón, "Textos Rescatados".








martes, 23 de agosto de 2011

TRES REGALOS: EL PRIMERO. INSPIRACION OCNOS.


Me devolviste el poema sonriendo ¿Así que el otoño arrecia las sombras en las esquinas y las viejas antenas se clavan retorciéndose? Logré alisar el folio sobre mi regazo, correr, alcanzarte. Puedo acompañarte hasta la puerta del conservatorio si quieres. Pero la lluvia aceleraba más tus pasos, te subiste la solapa, ocultaste tu rostro. Tengo otro poema, las palabras son sencillas. Está ilusión, desvencijada, estrella. También pone pequeño, perseverancia. La farola tembló, después todo gris. Tu mueca perfecta. Tus ojos lejanos. Tendré los mejores profesores, dijiste. El piano de más calidad. Algún día, la mejor vista de París ¿sabes? Los domingos por la mañana: Balcón brocado cerca del río, pintores, saludos de turistas reconociéndome, talento innato. Diste un paso atrás y volviste la espalda. Charco de barro, azotes de viento. Un silencio, un instante, hasta que el coche pasó. Cruzaste la acera y la lluvia deshizo tu figura poco a poco. Hasta que llegues al vacío, pensé. Me quedaré mirando por si vuelves, pensé. Hasta que se haga de noche.


De Isabel Simón, "Textos Rescatados".

viernes, 19 de agosto de 2011

INSPIRACION OCNOS:SOMBRAS.


“How many times do I have to try to tell you that I´m sorry for the things have done.
But  when I start to try to tell you that´s when you have to tell me –Hey, this kind of trouble´s only just begun-. I tell myself too many times why don´t you ever learn to keep your big mouth shut. That´s why it hurts so bad to hear the words that keep on falling from your mouth.
Falling from your mouth.
Tell me why.”

No era tu cara devastada bajo el umbral de las cortinas. Ni el sudor en tu frente, ni el pelo escondido que un día fue rizado, negro, largo por toda la espalda. Tampoco la cintura ya deforme, las uñas comidas, pies de varices encallándose. Tanto tiempo sirviendo menús agrios uno detrás de otro. Vuelta a la cocina, gritos camioneros, pequeña ciudad como pozo de neones. Tus ojos ahogándose en los charcos del arcén.
Sino tu sombra encorvada al final de la tarde, cigarrillo tembloroso en mano. Me dejabas soñar desde mi mesa que podía construir algo no escrito aún. Que nadie te había visto como yo.

“I may be mad. I may be blind. I may be viciously unkind but I can still read what you´re thinking. And I´ve heard is said too many times that you´d better of besides. Why can´t you see thir boat is sinking let´s go down to the water´s edge, and we can cast away those doubts. Some thing are better left unsaid but they still me inside out.
Tell me why.”

Eras entonces actriz consumada de heridas inexistentes. Te construía un coche blanco al final de la alfombra. Había fotos, silencios a tu paso admirando tu larga melena cortada sobre el mentón. Fuera nunca llovía. Borraba el lodo, fulminaba la carretera gris. Desde mi mesa soñaba que mis palabras lograban vestirte. Y que podía escribir sin decirlo. Qué te pasaba, qué pensamiento torcía tu gesto.

“This the book I never read. These are the words I never said. This is the path I´ll never tread. These are the dreams I´ll never instead. This is the joy that´s seldom spread. These are the tears, the tears we shed. This is the fear, thir is the dread. These are the contents of my head. And these are the years we that have spent. And this is what they represent. And this is how I feel.
Do you know how I feel?”

La última vez que me miraste creo que soñabas. Ultima bocanada de humo, vuelta la espalda. Ojala la noche no hubiera llegado. Desde el rincón de mi ventana te vi subir al camión. A escondidas besaste tu medalla y sonreíste al mirar atrás. Tuve que acabar tu historia en otra parte. Buscar otras sombras que pudieran parecerse a ti. Quise escribir que encontraste por fin el mar. Hundías los pies en la arena, reías, agua salada por todo el cuerpo, brazos abiertos entre la brisa, vestido henchido como si fueras a volar. En la madrugada me despertaba. Sobresalto de certeza. Tus ojos recorriendo lo kilómetros siempre grises. Tus ojos ahogándose en los mismos charcos, bajo el parpadeo de neones torcidos.

“Cause I don´t think you know how I feel.
I don´t think you know how I feel.
You don´t know how I feel.”

 Letra de Intertexto de Annie Lennox (Diva-1992).
 De Isabel Simón, « Textos Rescatados ».


martes, 16 de agosto de 2011

INSPIRACION OCNOS: EL MAESTRO.

En la imagen, te grito. Tu cara siempre es de sosiego, enormes ojos irisados, la mano honesta sobre la libreta. Siempre doy un portazo. Bajo los escalones de tres en tres, estoy harta de juntar palabras; arrojo el poema a la alcantarilla más grande. Me consuela imaginar que te apena. Es el viento que no me deja escucharte pero miro y las ventanas están vacías. No está tu figura, todo es silencio. Cuando apareciste las calles dejaron de ser iguales. ¿Iguales o grises? ¿Qué elegirías? La poesía es precisión del alma. Qué quieres contar.
Gris como el humo del cigarro sobre el fondo amarillento. No, no sé lo que significa liviano. No sé que quiere decir uvular, párvulo, anatema, ni miríada, ni estigio. ¿Saber lo que son para no usarlas? Si eso es lo que deseas, sí. Odio todo lo que me enseñas porque son instantes inalcanzables. Odio a tus hijas, sus rostros tranquilos, regalándome los zapatos del año anterior. Odio tus libros prestados, el eco precioso que dejan en mi, la herida del camino lento. Los domingos siempre en la calle, rebuscando en la basura. Un fascículo del quantroccento, El Mercader de Venecia sólo hasta la mitad, algunos relatos mohosos de Holmes. Siempre es el mismo banco o el mismo café. Llueve y no puedo escribir; miro el monedero y no tengo para otra consumición. Gris como el humo del cigarro sobre el fondo amarillento. Bueno pues gris como el humo del cigarro sobre el fondo dorado. Escaleras a trompicones otra vez. Y no vienes. Siempre te quedas sentado, la mano sobre el cuaderno. Es la vez número veinte que lo cambio. Lo has reescrito veinte veces, se dice. Bueno, gris como el humo espeso sobre el fondo sepia. Tu risa es un sonido agudo, aterciopela tu cara redonda. Doy vueltas al pupitre, agarro la manivela, me rindo. Ya está. ¿Cuál fue la primera frase? Ya no me acuerdo ¿Qué las tiraste todas? Yo tampoco me acuerdo, pero quizá fuera la mejor. Debías haberlas guardado. Puedo hacer mil si quiero. Ninguno sirve. ¿Por qué? Porque primero tienes que saber qué quieres contar querida, pero de momento tenemos bastante con que aprendas a dosificar el indirecto libre. ¿El qué? ¿Qué es eso? No mañana no, dígamelo ahora. Por favor, se dice. Si eso, por  favor. Anda, ven aquí  Isabel, siéntate.


A don Agustín, siempre queriéndole.   

De Isabel Simón, “Textos Rescatados”.




sábado, 13 de agosto de 2011

INSPIRACION OCNOS: LAS VIEJAS

La señora Josefa dejó de llamarte los domingos para la misa de doce. Ahora, te susurró la portera en la esquina de atrás, las viejas no hacen sino genuflexiones en corro. Que si una te vio desde el patio poniendo rosas rojas en un jarrón, que si sonríes mirando el escaparate de la casa francesa. Vestidos tan cortos mire usted, medio transparentes, cosidos a remache con piedras en la cintura. Frente al espejo del cuarto, te arrodillabas. Los años habían sido pensamientos encerrados. Caja de galletas con sueños secretos: Una tarjeta de la torre Eiffel que rescataste de la hondonada del mercado, frasco lodado de perfume que nunca quisiste acabar, bote de maquillaje Maderas de Oriente que nunca estrenaste.
Las viejas quitaron tu silla, mudaron las noches al fresco al fondo del callejón. Cada noche, al volver, silencio de portal, bulto de escapularios y miradas negras al fondo. Ojos de vidrio que no miraban sino tu sombra. Que si ahora andabas en tacones por la casa, qui si no colgabas ya la ropa en cuerdas para que no viesen el chal de tul que un viudo feriante de Valencia te había regalado.
Las últimas horas de aquel verano fueron soledades felices. Ratos en la tienda tocando las solapas de las Mil y una noches. La espera en el salón, ojos cerrados mientras la peluquera aclaraba tu cabello. El trasluz salmón del Victoria, sabor de azúcar en las yemas de los dedos, leche fría, a lo lejos ruido incesante de trenes. Te desplomaste nada más quitarte el abrigo. Imágenes en agua sorda, frente al espejo. Las trenzas cortadas al recibir la comunión, el velo negro tras la guerra, las llagas en los costales de cortar cada sarmiento seco de la vid, la voz de tu madre acercándose a tus inviernos de fiebres.
Tuviste como tendrían todas, pésame de claveles blancos y camino prendido de velas. Solemne silencio, oraciones inacabables, silencio. Luego una de ellas se ató el pañuelo a la garganta, rozó el ataúd, llegó a sonreír. Qué le habrían puesto, zapatos de charol o iría descalza. A quién habrá dejado los pendientes de coral que había vuelto a ponerse. Otra suspiró cerrando las manos, quién habitaría la casa. Rogamos que no sean forasteros, tan ruidosos, tan sucios siempre, tan raros siempre. Mejor sería la casa cerrada, contestó la última, yo podría regar sus plantas tarde sí tarde no, yo podría lavar las baldosas cada verano. Quién habría traído esa corona tan grande, fregaría la alacena, recortaría el sol bajando las persianas, una casa enorme, serán flores lacadas no pueden brillar tanto ¿entonces creéis que descalza? Jesús, qué casa tan grande, no, loca puede pero no descalza. 

De Isabel Simón, "Textos de Rescatados"

jueves, 11 de agosto de 2011

Tarde desolada.

En las tardes de julio y agosto discurren horas melancólicas, desoladas, sí, desoladas como nosotras en otros tiempos. No por falta de sol, faltaría más, sino porque la gente, los amigos, han emigrado a las playas, al campo, a otros parajes húmedos y verdes y apetecibles y nos han abandonado a nosotros, los solitarios. Seguimos en la ciudad, intentando sestear con las piernas desnudas y las axilas chorreando de agobio y sudor incoloro, junto al tic tac cansino del despertador que en el siguiente mes se convertirá en amenazante artefacto. Se echa de menos el abanico que pintó el vecino de arriba y nos regaló cuando iba a entrar el verano, el helado de vainilla con trozos de almendra machacada, el vaso de agua con cubitos de hielo en forma de corazón. Se echan de menos tantas cosas que hacíamos en invierno: nuestro libro preferido al amor del fuego de la chimenea, conversaciones atropelladas con los compañeros de clase, el café calentito de media tarde, el relato que tenemos en mente para leer el jueves en el aula, arroparte con el edredón de plumas mientras tu pareja se acopla formando entre los dos un solo cuerpo... Se acabará agosto y todo volverá a la bendita rutina. ¿Volveremos a saber de Paco, Aurora, Paloma, Araceli? Es una incógnita. Tornasol

miércoles, 10 de agosto de 2011

ULISES, JAMES JOYCE, Algunas Figuras Retóricas.

Algunas figuras retóricas del PRIMER CAPITULO:(edit. Lumen/Tusquest)

-Pág.71(edit. Lumen/Tusquets): “Stephen Dedalus, molesto y soñoliento, apoyó los brazos en el remate de la escalera y miró fríamente aquella cara sacudida y gorgoteante que le bendecía, caballuna en su longitud, y aquel claro pelo intonso, veteado y coloreado como roble pálido.”
Retrato, figura retórica de pensamiento.

-Pág. 73: “Granito rugoso.”
Epíteto explicativo, figura retórica de pensamiento.

-Pág. 74: “A través de la bocamanga deshilachada veía ese mar saludado como gran madre dulce por la bien alimentada la voz de junto a él.”
Comparación o símil, figura retórica de pensamiento.

-Pág.75: “Gritos por la ventana abierta, sobresaltando el atardecer en el patio.”
Cinestesia, figura retórica de significación.

-Pág.78. “Por esas palabras, Stephen: misterio amargo del amor.”
Cinestesia.

-Pág.78: “Júbilo fantasmal, plegado y apartado: Perfumado de almizcle.”
Cinestesia.

-Pág.79:”Druídicos druidas”. “Omnipotentes soberanos.”
Epíteto constante y Epíteto tópico.

-Pág. 81:”-Por Júpiter, que es té.”
Deprecación, figura retórica de pensamiento.

-Pág.82:”Hablan frecuentemente del recaudador de prepucios.”
Ironía, figura retórica de pensamiento.

-Pág.86:”En el claro instante del silencio, Stephen vio su propia imagen en barato luto polvoriento entre las alegres vestimentas de los otros.”
Cinestesia.

-Pág.87:”-“Soy el chico más raro del que se ha oído hablar. Mi madre era judía y mi padre era un pájaro. Con José el ebanista no puedo andar de acuerdo: Brindo por mis discípulos, brindo por el Calvario.”
Sarcasmo, figura retórica de pensamiento.

-Pág.87:”Si  alguno es de opinión que no soy divino, cuando haga el vino yo, no podrá beber gratis. Tendrá que beber agua, y la querría clara cuando ese vino en agua se convierta otra vez.”
Sarcasmo.

Trabajo de Isabel Simón, "Textos Rescatados".







domingo, 7 de agosto de 2011

INSPIRACION OCNOS: EL PRIMER MAR.

Los pies dejaron de arderte. Te abriste paso entre los montones de arena pero los latidos del corazón se convirtieron en una punzada fría. Playa lisa: Olor a frituras, mar muerto, colillas y botes de cerveza. Ni una pequeña roca que escondiera verdes o morados. Una línea inmóvil, el confín cabiéndote en los ojos. ¿Mentira lo de la ballena blanca? ¿Mentiras las tempestades? Mentiras los piratas rasgando velas ¿Y Sandokán?
Fuiste bueno. Camiseta que te cubra del sol. Crema en la nariz, filas de conchas formando caminos, cerca de la sombrilla. Los ratos tan largos, y ese mar seco, sin ondas ni remolinos, ahuecándose cada atardecer. Hubo sólo un efímero sueño. Delante del bicho transparente, de gruesos tentáculos irisados. Hubo preguntas a los mayores, cómo es que palpita si no tiene corazón. ¿Los hay muy grandes? Pero entonces te apartaron más y más ordenándote que el cubo sólo fuera para bonitos castillos. Trataste de ser bueno, consolarte con círculos de conchas más complicados, como un infinito invisible. Abatidos por surcos de pala, ríos inanes hasta el horizonte. Fue el último día lo que te devolvió la esperanza. La noche trajo hasta ti gotas de lluvia furiosa, golpes de toldos contra el suelo, palmeras dobladas en el bulevar. Tu madre corriendo a cerrar persianas, tu padre asomando a la puerta para guardar la jaula del canario. Decidiste que sólo pensarías del océano de esa forma, azotado por tristezas y viento, gritos de lucha en los mástiles, tesoros, mapas. Decidiste creer en los libros más viejos de la biblioteca, las palabras como reflejo del firmamento. Cómo describir el primer mar, la respiración cada vez más profunda, hasta dormir.



Isabel Simón, "Textos Rescatados "

martes, 2 de agosto de 2011

Obras en vacaciones

OBRAS EN VACACIONES.- Chicos, ¿os podeis creer que me palpita el corazón como nunca? Si, este reloj hermoso de la cocina, en forma de casa de juguete, es mi corazón, tic, tic, tic, tic; es fantástico y desde luego, fuera de lo normal. Hace tiempo que no se ocupaba nadie de mí, con lo que me enorgullece mostrarme limpia, estar aseada desde por la mañana, sobre todo, que ninguna vecina pueda airear por ahí que huelo mal. Mis ventanas se han abierto de par en par y el aire fresco se adentra sin permiso por el salón, tuerce hacia el dormitorio y sale por el pasillo silbando la cancioncilla del verano. Hoy siento un leve escozor, ¡Miguel Ángel, no me raspes con esa espátula! Tienes las manos demasíado fuertes y grandes para esta pared tan desconchada. Dale una lija a Isabel. Ella sí que sabe tratarme, qué delicadeza, apenas me roza y quedo lisa como el mármol. No te importa ¿verdad? Sin embargo, tu muñeca varonil y consistente ha dejado, con ayuda de la brocha, este hall como un primor. Cuánto os voy a agradecer cuando esté todo acabado. Menos mal que ya os queda poco y disfrutareis de mi humilde cobijo como si estuvierais en la mejor suite de Las Bahamas. ¡BIENVENIDOS A ÉSTA VUESTRA CASA!

Algunas Figuras Retóricas de "Alicia en el País de las Maravillas".

-"¡Oh Dios mío!¡Dios mío! ¡Llego tarde!"
DEPRECACION.

-"Abajo, abajo, abajo. ¿No dejaría nunca de caer? ¡Me pregunto cuántas millas he recorrido ya!, dijo en voz alta. Debo estar llegando a cualquier parte cerca del centro de la Tierra....( ) Abajo, abajo, abajo. No había nada más que hacer, así que Alicia pronto empezó a hablar de nuevo..."
EPANAFORA.

-"¿Te has comido alguna vez un murciélago?, de pronto, ¡bump! ¡bump!, cayó sobre un montón de hojas secas y su descenso terminó."
ONOMATOPEYA.

-"¡Oh, ojalá pudiese encogerme como un telescopio! Creo que podría hacerlo, si al menos supiese cómo empezar."
OPTACION.

-"Si ella hubiese insistido en ese asunto, ¿qué habría sido de ti?"
PREGUNTA RETORICA.

-"La larga hierba susurraba mientras el Conejo Blanco corría por allí."
PROSOPOPEYA.

lunes, 1 de agosto de 2011

¿Ansiabas más en la vida Amy? La dama oscura te visitó en el mejor momento, cuando el alcohol ya no corría por tus venas, y la espuma del baño como la de la copa de cerveza era blanda, mullida, refrescante, dispuesta a llenarte de vitalidad y joie de vivre; pero, así son los que quieren fingirse "amigos" Te sorprenden, se acercan de puntillas para que te apoyes en su hombro hueco, les confíes tus miserias, tus amarguras, te bañes con ellos en el vino rosado de ese mundillo engañoso y superficial.
Te cogió desprevenida como a una ingenua, como a una tonta y tú, ¡pobre! le abriste los brazos sin sospechar que se reiría a carcajadas de tus 27 primaveras.
TORNASOL