domingo, 28 de febrero de 2016

Ultimas frases


“El diablo no es el príncipe de la materia, el diablo es la arrogancia del espíritu, la fe sin sonrisa, la verdad jamás tocada por la duda.” 

Umberto Eco







"La gente generalmente vee lo que quiere ver y escucha lo que quiere escuchar."

Harper Lee



viernes, 26 de febrero de 2016



Para leer con
"Deh vieni, non tardar" - Las Bodas de Fígaro (Mozart)





“El que no lee, a los 70 años habrá vivido solo una vida. Quien lee habrá vivido 5.000 años. La lectura es una inmortalidad hacia atrás” (*) Y hacia allí marchó tan sólo hace unos días el hacedor de muchas historias, entre ellas una que hemos leído más de treinta millones de personas. Tremendamente culto, extrovertido, increíblemente prolífico, para mitigar su definitiva ausencia, nos ha dejado una última historia por descubrir.

Vaya pues en su Nombre, la Rosa de hoy, que llega acompañada de un bellísimo sonido que por momentos… recuerda la eterna cadencia de unas alas, también ya eternas: las alas de un Ruiseñor.
Marcharon casi de la mano: Umberto Eco y Harper Lee.



(*) Umberto Eco


jueves, 25 de febrero de 2016

Cervantes, 2016

Por el aniversario de su muerte El 2016 de Miguel de Cervantes en la Biblioteca Nacional:

-En 2016 se cumplirán 400 años de la muerte de Miguel de Cervantes. Con este motivo la Biblioteca Nacional de España y Acción Cultural Española, centros de referencia internacional para el cervantismo, organizarán una serie de eventos conmemorativos a lo largo del año. 
Entre febrero y mayo estará abierta la exposición Miguel de Cervantes: de la realidad al mito, que presentará la figura de un escritor que acabó encarnando la esencia de un país y de una cultura, la española. La muestra estará comisariada por José Manuel Lucía Megías, Catedrático de Filología de la UCM y Presidente de la Asociación de Cervantistas, y asesorada por José Álvarez Junco, Javier Gomá y Carlos Reyero. 

También se llevará a cabo la catalogación y digitalización de la colección cervantina de la Biblioteca Nacional. Sobre la base del catálogo elaborado en 1916, se recuperarán fondos no incluidos, principalmente provenientes de la Biblioteca Digital del Patrimonio Iberoamericano, y se digitalizará el conjunto para incorporarlo a la Biblioteca Digital Hispánica. Además, se elaborarán productos especiales, como el Portal Quijotes, realizado con la Fundación Iberdrola, o una nueva versión del Quijote interactivo, que es posible gracias a la ayuda de Telefónica. Para la semana del libro (23 de abril de 2016), la Biblioteca Nacional prepara una programación especial. En esa fecha, en sus salas coincidirán exposiciones sobre Cervantes, Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega, que reunirán las celebraciones de las letras hispánicas y universales.

Algunos de los actos programados son una serie de dramatizaciones en el jardín de la BNE, un concierto extraordinario en el Salón General de Lectura, o un encuentro homenaje con los Premios Cervantes. Otros muchos actos, tales como ciclos de conferencias, actividades escénicas, certámenes en internet, programas pedagógicos o actividades en la sede de Alcalá de Henares, se llevarán a cabo con motivo del cuarto centenario de la muerte del manco de Lepanto. 


Para más información consulte: http://www.bne.es/es/AreaPrensa/ Gabinete de Prensa de la Biblioteca Nacional de España (BNE) Telf.: 91 5168006 ó 17 ó 23 / Móvil 650398867 / gabinete.prensa@bne.es / comunicación.bne@bne

miércoles, 24 de febrero de 2016

LITERATURA Y PSICOANÁLISIS.


          FRASES  INTERESANTES.-

                                        Los libros son esa clase de instrumentos que, una vez inventados, no pudieron ser mejorados, simplemente porque son buenos. Como el martillo, el cuchillo, la cuchara o la tijera.

               UMBERTO  ECO.
                -----------------------------    Que en paz descanse.

Tornasol.

lunes, 22 de febrero de 2016

De Presentaciones e Inciativas

Presentación del libro de poemas "Palabras para salvarse" de Sara Zapata.
"El próximo 24 de febrero a las 19.30, presentación del libro de poemas "Palabras para salvarse" de Sara Zapata.

"Los poemas de Sara no posan para salir guapos en las fotos, no llevan corbata los domingos, los poemas de Sara Zapata no se rascan la barbilla con gesto interesante, tampoco llevan joyas, ni emplean palabras poéticas de más de 34 quilates (...) No esconden su sentido como el más preciado de los tesoros dentro de una caja fuerte blindada contra intrusos. Los poemas de Sara no disparan a cien sitios a la vez. Disparan una sola vez y aciertan en el blanco".(Miguel Martínez López)".


jueves, 11 de febrero de 2016





Para leer con
"Una furtiva lacrima" - L'elisir d'amore (Donizetti)





Una mariposa se posó en la orilla de la playa. Al hacerlo escuchó una voz suave a su lado. Buenos días, ¿quién eres? Yo, una mariposa y tú, ¡tú eres una piedra que habla!  No, no soy una piedra, soy un ser vivo como tú. Soy una ostra.

Las dos se miraron y pronto entre ellas surgió un gran cariño. La mariposa le regaló a la ostra todos los colores del mundo que había recogido en sus alas. La ostra le regaló a la mariposa todos los susurros del mar profundo. Su encuentro fue breve y al ponerse el sol la mariposa murió. Su amiga la enterró en la arena comenzando a llorar lágrimas furtivas de nácar. Poco después cerró su concha lentamente y desapareció tragada por la espuma de las olas.(*)

Por eso hay perlas de colores: están hechas con lágrimas de ostra y alas de mariposa. Buenas noches cariño. Buenas noches mamá.

(*) de un cuento escuchado...


miércoles, 3 de febrero de 2016

¡Adios, Enero!


¡ADIOS, ENERO!
                             Nos hemos saltado enero a la comba, al corro de la patata, "Pase Monsieur, Pase Madame..." Los niños han tenido bastante con jugar  y armar  los supermodernos  juguetes de los Magos de Oriente; con estrenar los
gorros y bufandas que han tejido sus abuelas; con dedicar alguna tarde a merendar con sus amiguitos y con preparar los estuches de pinturas y lapiceros de colores y el cuaderno nuevo de caligrafía  para conseguir una letra, al menos que entiendan los profesores. 
           Los adultos han intentado poner en orden la casa: quitando el Nacimiento; guardando el árbol en el trastero por si dura para el año próximo; entresacando con la aspiradora el muérdago y serrín escondido por el más incómodo rincón; respondiendo a  los mensajes del móvil donde la prima, la tía y el amigo les felicitan cariñosamente el año nuevo; quitando mails del ordenador que está repleto de boletines y de consejos para adelgazar después de las comilonas festivas y las amas de casa en limpiar el frigorífico y el congelador, lleno de churretones de grasa del cordero y pringue de los dulces y mermeladas  propios de la Navidad. En fin, pasó sin pena ni gloria otro año más, otro enero más,  en el que, por no perder la costumbre, hemos prometido no volver a cometer los mismos errores.

Tornasol

lunes, 1 de febrero de 2016

Centenario de Buero Vallejo

MALDITO COBRADOR DE LA LUZAntonio Buero Vallejo" Boceto, 1986

Buero Vallejo inicia ‘Historia de una escalera’ en el momento en que un cobrador de la luz llama con los nudillos en las cuatro puertas de un relleno de escalera en una modesta casa de vecindad. “La luz. Dos sesenta”. “La luz. Cuatro diez”. “La luz. Tres veinte”. La luz. Seis sesenta y cinco”. Las mujeres que recogen los recibos, una tras otra, Generosa, Paca, Elvira, Doña Asunción, están desoladas. “¡Dios mío! ¡Cada vez más caro! No sé cómo vamos a vivir”, increpa Generosa al cobrador. Paca es más radical. “Menuda ladronera, la Compañía! ¡Les debería dar vergüenza chuparnos la sangre de esa manera! Esto se arreglaría como dice mi hijo Urbano: tirando a más de cuatro por el hueco de la escalera. Se aprovechan de que una no es nadie, que si no…” Y el cobrador: “Mire lo que dice, señora. No falte”.
Buero escribe la obra en 1948, encerrado en la biblioteca del Ateneo, donde es socio desde un año antes mediante una petición escrita a mano en la que declara la profesión de Pintor, con mayúscula. Pocos años antes, Camilo José Cela, nacido también en 1916 (otro gran centenario en marcha) ha publicado ‘La familia de Pascual Duarte’; y el poeta Dámaso Alonso, el libro ‘Hijos de la Ira’. Los tres ponen la primera piedra de una nueva literatura, en sus tres géneros esenciales. Cela y Dámaso son adictos al Régimen franquista, pero su realismo choca con los censores muy seriamente, hasta el punto de que a Cela lo retiran la segunda edición de la novela, que tiene que publicarse en Argentina. A los censores les disgusta de los tres autores el que sus personajes sean seres desarraigados, en conflicto, hostiles, críticos, y que describan la vida misma, con sus tremendas apreturas en una posguerra inmisericorde con los vencidos.
Buero nunca contó sus trifulcas con los censores, salvo que en cierta ocasión el régimen intentó comprarlo de un modo explícito, si introducía en su obra “temas de corte religioso”. Tendría a su servicio todo el aparato de proyección y de propaganda exterior del Estado si se plegaba, le dijeron. En cambio, Cela y Dámaso se regocijaron, famosos ya, por tanto intocables, de sus peleas con la censura. “Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas)”, escribe Dámaso en el primer verso de ‘Insomnio’. Al censor le molestaba incluso el título de la obra, la palabra ira, tan guerracivilesca. Pero estaba dispuesto a aceptarla si se omitía que Madrid fuese, toda la ciudad, un cementerio. Dámaso Alonso, que tenía entonces 48 años y el colmillo retorcido por anteriores experiencias, no estaba dispuesto a ceder. “¿Cómo titular un libro ‘Hijos de la ira’ si se censuraba todo asomo de ira?”. Pactaron, posibilistas, aceptar el primer verso si quedaba claro que en Madrid (“por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid”), no pasaba nada distinto que en otras grandes ciudades. Solución: añadir este octavo verso: “Por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo”.
A Buero lo trataron peor, y aún así también fue tachado de posibilista. Sus incondicionales, que fueron legión, tuvieron la certeza de que había luchado a brazo partido contra la censura y que por eso, muchas veces, su lenguaje era críptico, con sobreentendidos, pero muy valiente. Lo demostraron con la intensidad y la duración de los aplausos, que comenzaron antes de que acabara la última escena de ‘Historia de una escalera’, forzando a los actores a repetirla íntegra.
Acostumbrado a dramas que hablaban de personajes importantes y tragedias de relumbrón, Buero ofrecía un universo sobre cuestiones candentes de la realidad, aunque los sistemas totalitarios de los que hablaba tuvieran residencia en París, o el dictador que temblaba por haber hecho colgar a un general rebelde se llamase Fernando VII. Todo eso hizo de Buero el más posibilista de los dramaturgos críticos, pero también el más estrenado. No siempre lo dejaron. En 1964 la censura prohibió ‘La doble historia del doctor Valmy’, un alegato contra la tortura. Al régimen le salio el tiro por la culata: la prohibición suscitó tanta curiosidad en el extranjero, que la obra, no la mejor del autor, fue muy representada fuera. Se estrenó en España en 1976, “cuando el dictador Franco tuvo a bien dejarnos en paz”, ironizó Chazarra.
Sobre el posibilismo de Buero, como si se hubiera domesticado ante la dictadura, hubo muchos debates, que amargaron al autor, el más agrio con el también dramaturgo Alfonso Sastre, un ‘imposibilista’. Hubo quien, incluso, le acusó de haberse quedado en España. No se quedó. Lo quedaron. Tenía menos de 20 años cuando Franco ordenó fusilar al padre, Francisco Buero, un militar gaditano que enseñaba Cálculo en la Academia de Ingenieros. Buero, entonces, se alista en el ejército en defensa de República. En 1939 es detenido y condenado a muerte, iniciando un peregrinaje por campos de concentración y cárceles. En la de Conde de Toreno, en Madrid, fue donde dibujó el famoso retrato de Miguel Hernández. La noticia de su libertad condicional la recibió en el penal de Ocaña, en 1946.
Al margen de las polémicas, acudir a una de sus representaciones era, en ocasiones, como ir a una manifestación contra el Régimen. “La gente iba a ver el teatro de Buero para descubrir sus símbolos, para ver qué decía entre líneas. Y decía cosas, muy gordas, y otras que estaban y no todo el mundo sabía descubrir. Abrió la ventana del teatro español y hizo ver a los que estaban ciegos por culpa del franquismo”, dijo Adolfo Marsillach comentando el estreno de ‘El tragaluz’, un grave y hondo drama sobre el olvido, sobre la desmemoria, cuya lectura sigue teniendo vigencia trágica.

Febrero