domingo, 30 de marzo de 2014

ELUCUBRACIONES

         R E L A T O:  ELUCUBRACIONES.-  Esta mañana me levanté pronto. Quería ver los últimos suspiros de marzo desde el parque. Me puse el gorro de lana y las playeras por comprobar  si el vaho de mi aliento, difuminando los setos de la primera rampa, me ayudaba sin fatigarme, a subirla, pero no me lo permitió. Hace pocos años ascendía sin la respiración entrecortada, pero hoy... ¡qué demonios! me rondan los setenta y estoy todavía acá, a pesar de las veces que me he suspendido más en el ALLÁ. El aire volaba demasiado fresco y las nubes se exhibían reacias a dejar al sol que se asomara. Había olvidado el reloj, pero a juzgar por la escasa claridad, estarían al caer las ocho y media, además me empiné desde la cuesta y vi un autobús de los que lleva a los niños al colegio. Los pequeños entran a las nueve y, por su mirada legañosa, observé que todavía estaban soñando con la porción de tarta de manzana que les dio mami anoche de postre, y los de primaria, quizás con las aventuras del televisivo y amarillo Bob Esponja. Casi desde que nacemos, la dinámica de los horarios, de las obligaciones, del aseo matinal, de las sonrisas de la buena educación, de la palabra correcta, de la lección bien estudiada, del aparentar que vives bien, que te llevas bien, va impresa en nuestro modus vivendi, en nuestra sociedad, como un tatuaje del que no te puedes desprender, pero los pobres niños, ¿qué necesidad de ese madrugón, esas mochilas abotargadas, esos desayunos frugales y rapiditos? No merece la pena ese sin vivir; más calma, por favor, menos ceño fruncido con el crío por las prisas, a cambio de una conversación de cinco minutos junto a las galletas y la leche con cereales. Habría que cambiar tantas cosas para que el mundo fuera más humano.
          En todo eso pensaba en el banco de piedra del parque al ver el autobús escolar. La vida sigue, las injusticias están ahí, los ricos son cada vez más ricos, los trabajos cada vez abundan menos. Me da pena de la situación, aunque sólo tengo la posibilidad de cumplir bien mi cometido en mi entorno, con mi familia, con algún conocido si me pide un favor y está en mi mano. Si todos hiciéramos ese cometido bien, correcto y, sobre todo, los que tienen más posibilidades, también tuvieran más generosidad, funcionaría el mundo mucho mejor, muchísimo mejor. Pero yo ahora, me tengo que conformar con mirar al cielo y pensar que el fin de semana cambiará y madrugaré de nuevo, vendré al parque y esas margaritas minúsculas lucirán más grandes y brillantes, las aceitunas arrugadas por el hielo nocturno, se pondrán tersas y negras, como los ojos de Platero, y sobre todo, ese mendigo ahí tirado, con el pelo largo lleno de suciedad, quizás se de cuenta que las noches son frías aún y se irá al albergue a dormir. Ya no le veré, estará mejor.
          Marzo da sus últimas bocanadas.  Un gorrión macho al que veo picar entre la hierba, buscará en abril otra vez con ahínco, la comida de sus hijos, y esos deportistas paralímpicos se seguirán entrenando para ser los mejores en las Olimpiadas. Es muy difícil. Casi imposible, pero, ¿y si lo logran?

-tornasol
          

viernes, 28 de marzo de 2014

Cuestiones Orwellianas o El Poder de la Imagen


Merece la pena ir a este enlace...

http://www.aldonarejos.com/nuevo-video-el-poder-adoctrinador-de-los-videoclips/


NUEVO VIDEO: EL PODER ADOCTRINADOR DE LOS VIDEOCLIPS

El siguiente video está inspirado en un artículo que me envió Jon Illescas.
¿Cómo convertir una inocente y ambigua canción de amor en un panfleto político pro-ejército? Muy sencillo, mediante las depuradas técnicas hollywoodienses para generar imaginario colectivo. 
Como siempre, abordaremos el tema con una dosis generosa de humor, ya que este mundo nos da suficientes malas noticias cada día como para mantener la seriedad. ¡Toda revolución se hace mejor con una sonrisa!
Artista invitada: KATY PERRA (Lo de perra no va en plan despectivo, sino que hace referencia a su lealtad hacia los poderes fácticos).
Por Aldo Narejos.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Mi Vida Querida, Munro

VOCES
MI VIDA QUERIDA (ALICE MUNRO)

La protagonista de este relato es una niña de unos once años o algo menos que vive a las afueras de un pueblo (ni campo ni pueblo) y cuya madre es una maestra de escuela que sin embargo se dedica a llevar adelante una granja y criar a sus hijos con estrecheces y con la que va a asistir a un baile de la localidad que se va a celebrar.
De nuevo, como es la tónica general de toda la obra de Mi Vida Querida, son los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, y Canadá es un país más que ofrece su logística a ello, y que atraviesa por momentos de carencias a todos los niveles; sin embargo el baile trae “aires” nuevos al pueblo, algo de alegría y novedades.
Es con ese ímpetu que nuestra protagonista quiere ir al baile, a la par que ha comenzado a diferenciar las ideas y creencias de su madre de las suyas propias. Es una niña que ya no se peina como su madre le dice, y que ha comenzado a crear su propio mundo y sus propias impresiones. Si madre ya no es “Dios”.
El relato se desarrolla en primera persona y desde el presente, cuando ya es mayor. Aunque el espectro de descripciones es amplio y la voz se desliza por todas partes. Recorre el pueblo y cómo era su madre en aquella época, los vestidos, las costumbres, cómo era el lugar, y las preguntas que a día de hoy todavía le provocan curiosidad, como si la familia que ofrecía el espacio para el baile lo hacía  por pura diversión o por necesidad de sacar algo de dinero.
Otra vez, Munro nos asoma un tema universal desde un relato muy sencillo: El contraste del mundo, cómo lo ve un niño a diferencia de un adulto.
Madre e hija van de “punta en blanco” a la nave. Y ante la niña se abre un mundo de colores, olores, presencias misteriosas e imponentes (como la señora Hutchinson, prostituta  que acompaña a uno de los invitados del pueblo, comerciante) y de voces con acentos raros que la transportan a adivinar que hay toda una vida inmensa más allá del pueblo y de su madre.
Esa inmersión, la maravilla y la sorprende, y es ineludible sentir como lectores que la ruptura con su madre y sus ideas, se hará mayor en breve.

Ella se toma su tiempo para describir a la señora acompañante, su vestido escandaloso y su porte fornido y alegre. Lejos totalmente de cómo va vestida su madre, con cierto aire sofisticado y porte algo señorial.
No tardan en marcharse, de forma abrupta, apenas habiendo dejado el abrigo, su madre le ordenar volver a recogerlo porque la presencia de prostitutas la escandaliza.
Ella no tiene más remedio que obedecer, aunque en su silencio comprendamos como lectores que esa ruptura ya es inevitable: Donde la madre ve escándalo e indecencia, ella ve alegría y naturalidad, donde la madre aprecia afrentas, ellas ve solo personas con voces mágicas, distintas, que están también en el mundo.
En todo el relato se saborea la rigidez de la madre, añadido a la tristeza de las consecuencias de la Guerra. La niña guarda como un tesoro de la memoria el acento inglés de los soldados que andan por allí, como un descanso en el paraíso antes de volver a arriesgar sus vidas. Y la presencia frágil de Peggy, como un contraste total de todo lo que representa su madre.
Peggy la recuerda “demasiado a sí misma”, llorosa, algo desvalida, delicada.
A ella le fascina la ternura con la que esos soldados ingleses la tratan. Sin pensar lo que el marco de ir a una guerra significa. Simplemente eso hace que se separe más de su madre, y todos  los lectores lo entendemos.
Creo que es unos e los mejores relatos de toda la obra. Narrar de forma llana sentimientos tan complejos.





jueves, 20 de marzo de 2014

Rincón de la Poesía

   
LA CUÁDRUPLE FORMA DE LA NADA



Yo he sabido ver el misterio del verso
que es el misterio de lo que a sí mismo nombra
el anzuelo hecho de la nada
prometido al pez del tiempo
cuya boca sin dientes muestra  el origen del poema
en la nada que flota antes de la palabra
y que es distinta a la nada que el poema canta
y también a esa nada en que expira el poema:
tres son pues las formas de la nada
parecidas a cerdos bailando en torno del poema
junto a la casa que el viento ha derrumbado
y ay del que dijo una es la nada
frente a la casa que el viento ha derrumbado:
porque los lobos persiguen el amanecer de las formas
ese amanecer que recuerda a la nada;
triple es la nada y triple es el poema
imaginación escrita y lectura
y páginas que caen alabando a la nada
la nada que no es vacío sino amplitud de palabras
peces shakespearianos que boquean en la playa
esperando allí entre las ruinas del mundo
al señor con yelmo y con espada
al señor sin fruto de la nada.
Testigo es su cadáver aquí donde boquea el poema
de que nada se ha escrito ni se escribió nunca
y ésta es la cuádruple forma de la nada.




    De Leopoldo M. Panero.

miércoles, 19 de marzo de 2014

DÍA DEL PADRE.


       
             
                PAPÁ: Allá donde estés, quisiera explicarte muchas cosas, pero no te quiero reprochar nada porque sé que nunca  pretendiste hacernos  daño, ni a mamá ni a mí. En este día tan señalado y, doy gracias a Dios, he logrado al discurrir de los años, perdonar y olvidar. Sólo así he conseguido ser feliz plenamente. Ahora quiero que, a través de la mirada pura y limpia de tu biznieto, al que no has conocido, adivines el cariño que siento por tí y que de lo único que me acuerdo es de la Muñeca Cayetana que me echaron los Reyes  con muchísimo sacrificio  y de los ojillos de emoción que pusiste al yo recibirla. También de lo orgulloso y  apuesto que ibas vestido de padrino el día de mi boda. ¡¡MUCHAS FELICIDADES!!

Tornasol 



La Libre de Barrio


Ayer ya comenzamos el Taller de Relatos.
Muchos alumnos, diez, desde Alberto con quince (quién los pillara) hasta Julio, que ya sabe mucho, sobretodo de su adorado Cortázar.
Matrícula cerrada, y el salón llenos de palabras, de la mano de Bierce y el Artificio.
Gracias por escuchar y mostrarme tanto de vosotros.

http://lalibredebarrio.com/



jueves, 13 de marzo de 2014

Frases Diez




Mi Vida Querida, Alice Munro

A LA VISTA DEL LAGO
ALICE MUNRO (MI VIDA QUERIDA)


El conjunto de Relatos de “Mi Vida Querida” tiene un carácter intimista, no tememos equivocarnos al decir que es frecuente adivinar rasgos biográficos de Munro en esta obra.
Si bien en la mayoría de relatos planea la Segunda Guerra Mundial y el efecto que tuvo en Canadá, donde se centra geográficamente la obra, no es el caso de “A la Vista del Lago”. En él Munro se centra exclusivamente en la vida de Nancy, una mujer ya mayor, que tiene que llegar a la cita de un médico para “chiflados” porque su memoria empieza a fallar.
El relato se narra en una Tercera que de tanto meterse en el pensamiento del personaje principal, llega a parecernos un Primera Persona. Nancy coge el coche y deja su casa, debe ir a otra localidad para llegar a su con el doctor.

Normalmente Munro no narra de forma lineal. Suele hacer zig-zags en sus historias. Aunque su pacto con el lector no deja de ser honesto por ello, no se agarra como autora a la típica estructura de “Principio-Desarrollo-Desenlace”, sino que va tejiendo sus historias poco a poco, despistándonos a veces acerca de dónde quiere llegar. Pero eso es precisamente lo que la hace una narradora singular.
En el caso de “A la Vista del Lago”, nos parece que rompe esa forma tan típica suya de narrar.
El lector parece que va con Nancy desde el comienzo de la aventura. Ella debe desplazarse a otro pueblo, y en ello vamos conociéndola, sabiendo de sus miedos e inseguridades, de su vida conyugal, del paso del tiempo y de los fallos de la memoria.
Es precisamente el juego del tiempo el que impera en la narración de este relato. De una parte, Nancy emprende la búsqueda del pueblo a través de la autopista para llegar a su cita con el médico. Las descripciones de todo lo que observa son detallistas, se fija en todos los pormenores, el número de habitantes del pueblo, cómo es la tarde, los campos aledaños y un reloj en un escaparate que ya no da la hora. El tiempo es un mal menor que ella aparentemente maneja bien. Comienza a buscar la consulta, ha olvidado el nombre del doctor y la dirección. En pedazo de papel en el que la tenía apuntada se ha perdido, tiene que reorientarse y se propone vagar por el pueblo para encontrar el despacho.
El lector sigue a Nancy con total naturalidad. Sin apenas preguntarse dónde se encuentra él mismo. No es difícil encariñarse con un personaje como el que nos presenta Munro, humanizado cien por cien con el truco de poder participar de sus emociones. La lógica que usa es seguir vagando por el pueblo, con la esperanza de encontrar una señal que la resitúe. Pasa por calles con casas del siglo XIX, y en la descripción, Nancy  vuelve a llevar al lector hacia sus impresiones y recuerdos, cien años atrás, cómo eran las costumbres de antaño.

El tiempo se nos presenta como un juego en espiral, tan bien descrito que llega un momento que se nos olvida que Nancy tiene que llegar a su consulta. Funeraria y jardines, gente que tal vez esté pensando qué hace esa mujer por ahí sola. El mundo, poco a poco se nos va mostrando cada vez más indefinido, y a la vez tan típico, bicicletas y casas bien cuidadas, cualquier pueblo puede ser igual a otro.
Un detalle magnífico de Munro, es también la naturalidad que aplica a los diálogos. Nancy habla con un jardinero algo parco mientras sigue su búsqueda. Dentro de una situación de pérdida, no existe tensión sino palabras entre ambos de reconocimiento, incluso asoman cierta complicidad. No es fácil nunca construir diálogos, es necesario que conozcamos muy bien a nuestro personaje para permitirle hablar y Munro sabe cómo desarrollarlo.
Al final Nancy nunca ha salido de la Residencia, y todo lo que parecía real estaba solo en su cabeza. El tiempo quizá sea el auténtico protagonista del cuento. La realidad se deshace en apenas un par de frases y sume al lector en la perplejidad. Nos impulsa a releerlo, a volver a buscar como lo ha hecho Nancy dónde están los visos que nos indiquen que la memoria le falla. Todo parecía tan real. Y sin embargo solo hemos ido navegando por los recuerdos mezclados de Nancy. Como si hubiera sido un sueño.

Siento que es uno de los cuentos que causa más sorpresa de toda la obra. Y que conmueve por su sencillez y por la empatía que nos provoca. Al fin y al cabo a todos puede pasarnos lo mismo. Y es por eso que el tema del cuento: El tiempo y la pérdida de Memoria, se convierta en algo universal a pesar de que la narración se sitúe en un pequeño pueblo cualquiera de Canadá.

viernes, 7 de marzo de 2014

Cifimad, 2014






Femi Taylos y Tom Ross





Una año más todos los que somos aficionados a la fantasía y la ciencia-ficción nos reunimos en el Cifimad de Fuenlabrada. El evento estuvo repleto de actividades, cosplays, concursos y conferencias.
No faltaron Jedis, Treckis, Siths, la patrulla de Firefly, y los seguidores de la queridas series Doctor Who y Galáctica.
La gente se lo pasó en grande buscando Cylons y Depredadores, rastreando los puestos de Cómics y participando en los concursos de naves de Star Treck.
Como muestra, la gran foto de grupo, a ver si sabeis por dónde ando yo.

Mención especial es la participación de la actriz Femi Taylor (nuestra querida Oola del Retorno del Jedi) y del efectista de animación y admirado Tim Ross (Ackbar), animador de películas míticas como "El Laberinto", mi tan amada "El Cristal Oscuro", y "El Retorno del Jedi".
Aprendimos mucho sobre lo que costó rodar estas películas y la maravilla de mover una marioneta y darle vida...hoy todo es ordenador...

Nos vemos por la luna de Endor el año próximo...que la Fuerza os acompañe

jueves, 6 de marzo de 2014

El Buen Soldado, Ford Madox Ford, Temas



-Virtudes Públicas/ Vicios Privados.

-La Infidelidad en la Pareja.

-La Rigidez de las Normas Sociales (principios del siglo XX), Falsas Apariencias.

-La Infelicidad por querer dominar al otro.



Frases Nombradas




lunes, 3 de marzo de 2014

De Presentaciones e Inciativas


MARZO MARCEA.

                          MARZO.      (microrrelato)

          Tomo mi desayuno en la cafetería. Lo he pedido descafeinado por si el presentimiento que me ronda se hiciera realidad. Espero algo  ¿a alguien? pero no sé. Le consulto al reloj por si sus manillas me advierten que aún no es la hora; después a los posos del café que renegrean en la taza y bailan cautelosos como microbios sabiondos, anunciando a su pitonisa que la cita se cumplirá, y que en ese autobús azul llegará al fin el joven, mi joven con su mochila y sus playeras deportivas, respirando salud, transmitiendo dicha, nuevos proyectos a flor de piel, promesas y palabras que brotarán de sus labios apenas conocidos, inexplorados, ansiosos quizás por explorar los míos.
          Desciende algún viajero. El transporte público se queda vacío. Él no viene. ¿Se habrá olvidado de la cita? ¿Habrá tenido un accidente en el gimnasio? Si hubiera sufrido un esguince yo le curaría. Para eso soy enfermera. Cuando se lo dije la otra tarde, parece que le gustó. Siempre es bueno tener remedios así en casa.
          Pero, total, lo he visto ¿cinco, seis días? ¿Qué ha habido entre nosotros? Miradas que se mantienen, sonrisas de complicidad, su mano sobre la mía, quizás con más fuerza de lo necesario, ojos entornados que sueñan con un anochecer  tibio, de marzo., aromas intensos de los arbustos recien regados del parque,  colores malva de almendros en flor y, sobre todo, una ilusión auténtica por mi parte que   se evapora como burbujas en la bañera y como el humo del tubo de escape de ese segundo autobús que acaba de partir.

Tornasol