miércoles, 7 de noviembre de 2012

FICCION


"Necesitamos mirar de cerca la realidad y necesitamos escapar temporalmente de ella, y encontrar en las ficciones donde satisfacemos esa huida claves simbólicas que nos ayuden a entender lo que vemos al abrir los ojos, al apartarlos del libro,al salir de la sala de cine. Necesitamos las ficciones iluminadoras del arte para adiestrarnos en desbaratar los simulacros que se nos presentan como testimonios de realidad, las otras ficciones venenosas de la propaganda y de las ideologías. En Cervantes, por ejemplo, en Flaubert, en Buñuel, en Valle-Inclán, en Baroja, aprendemos a usar el potente corrosivo del sarcasmo contra las pompas de la retórica, contra las comodidades letárgicas de la tontería verbal. Orwell y Montaigne nos educan en la primacía de los hechos sobre las creencias y los prejuicios, en la necesidad de desconfiar de nuestras propias percepciones y de contrastarlas siempre con una realidad de flujo y cambio permanente que requiere una continua atención. Joyce y Proust, cada uno a su manera, nos fuerzan a ir más allá de la superficie de las cosas, a no dejar que la corrección o la vergüenza detengan la indagación, por sórdidos que sean los resultados..."

De A. Muñoz Molina. B. 1091

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