martes, 27 de noviembre de 2012

Cuestiones Orwellianas o la sociedad compleja



Retrato del Dr. Hausten, Schad, 1928
"Reconozco que estoy mejor que la mayoría, pero no me parece que haya renunciado a la agonía y la angustia que acosa a los hombres y mujeres esclavos de unas vidas que no han escogido y obligados a vivir en unas comunidades que odian. Pienso en particular en los habitantes de grandes ciudades comerciales o industriales: Nueva York, Londres, Bombay, mi Manchester natal. "Ganarás el pan con el sudor de tu frente": nadie lo dice tan bien como el libro del Génesis. El mantenimiento de una sociedad compleja depende cada vez más del trabajo rutinario, un trabajo sin chispa ni creatividad. Las cosas que comemos, las ropas que vestimos, los sitios en los que vivimos cada vez son más homogéneos, porque la homogeneización  es el precio que pagamos por los precios que pagamos. La vida sigue para la mayoría de nostros como un reloj de unos grandes almacenes. Nos acostumbramos al ritmo que nos impone nuestra necesidad de subsistir. Pronto llega a gustarnos nuestra Esclavitud.
Uno de los eslóganes del superestado de George Orwell en 1984 es: La libertad es esclavitud". Se puede interpretar como la carga de tener que tomar uno mismo sus decisiones es, para muchas personas, intolerable...Así el estado moderno, totalitario o democrático, tiene demasiado poder, y seguramente hecemos bien en tenerle miedo..."

De Anthony Burgess, La Naranja Mecánica: segundo borrador.

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