viernes, 13 de mayo de 2011

El quinto hijo en el Ajenjo:

Eran sólo las cinco y media de la tarde, el sol daba fuerte en la fachada del Ajenjo, pero "El Quinto Hijo" con su rostro de duende hostil y frío, no tardó en arrojar sombras incómodas sobre nuestros apuntes y textos. La señora Lessing, tan calmada y sonriente en las fotografías, acróbata y maestra del campo semántico, sencilla, y profunda como un pozo oscuro. Años setenta pero casas victorianas, recónditas, inacabables, familia numerosa y soledad maltrecha para Harriet. Y ese Ben,  escalofriante gnomo, bajo la mesa, devorando el pollo crudo, imagen literaria sublime y espeluznante. Doris, Doris, cómo engaña la dulzura de tu nombre...

No hay comentarios:

Publicar un comentario