miércoles, 10 de julio de 2013

JULIO, CALOR.

          JULIO, CALOR.- Por la carretera pasa un tractor a las diez.  El hombre de dentro va con el pelo enmarañado, medio canoso del polvo y de la solanera de todo el día en el campo. De nuevo el mes que tiene nombre de Emperador. Él también es emperador, pero  de las  tierras de otro. Habrá fumigado las viñas, aunque unos nubarrones negros anuncien tormenta y las gruesas gotas y el viento marrón arrastrarán el tratamiento de sulfato y azufre en las cepas. Un largo día con los ojos guiñados que, de joven, le servían para presumir ante las mozas. Ojos verdes como el olivar, ahora rodeados de lineas hondas, desiguales, como arrugas en un retal comido el color. Lo veo alejarse lentamente, sin ánimo para tomar la curva de la calle El Santo, donde al final de los números, lo esperará su mujer con el postre de raja de melón y  las gachas calientes que, aunque es verano, reconfortan su estómago y su garganta irritada. Yo pido otro café helado. La gata y el gato que merodean  entre mi mesa  huelen el suelo salpicado de grasa y el pequeño blanco, con manchas negras,  se asusta  cuando el chiquillo del delantal  echa en mi vaso ancho tres trozos de hielo colmando el recipiente de cristal y yo lo remuevo con la cucharilla. Me limpio la frente del sudor y del polvo amarillento que han esparcido los tractores por la carretera. Comienzan a moverse levemente las hojas  de un par de árboles medianos,  cuyas ramas en la  semi-oscuridad, parecen brazos de dos novios delgados  y jóvenes que esperan ese instante para estrechar  su caricia.  Por  fin una ráfaga de aire. Julio, qué calor.

Tornasol

2 comentarios:

  1. Estás inspirada, Tornasol,me ha encantado.Sólo una puntualización pedante: Julio César nunca fue emperador. El primer emperador romano fue Octavio Augusto, sobrino de César, y que también da nombre a un mes de nuestro calendario.

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  2. Hola, me he confundido por un mes y por un emperador. Toma, ahí, eso para que veas la historiadora que tienes por compi.
    De pedante, nada. Gracias mil, Hispaniola.

    Tornasol

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