jueves, 8 de diciembre de 2011

BIEN HALLADAS DESOLADAS


Con viento favorable y mar calma comienza la singladura. Con esta tripulación, animosa y corajuda más que desolada, la travesía solo puede ser venturosa. ¡Arriba el ancla! ¡Largar velas!

“….no tardó en surgir el ancla, y poco después colgaba chorreando en la amura; las velas empezaron a coger viento, y la tierra y los barcos a desfilar en silencio a una banda y a otra; y antes de que yo pudiese echarme a descansar una hora, la Hispaniola había iniciado su viaje a la isla del Tesoro.” (La isla del Tesoro, de Robert L. Stevenson)

1 comentario:

  1. Hispaniola, me ha encantado, gracias, ahora tendremos que añadir tu nombre a la cabecera del blog. Ya lo verás en unos días.
    criticaslocas

    ResponderEliminar