miércoles, 9 de noviembre de 2011

Olive Kitteridge: Más Personajes.

HENRY KITTERIDGE

Henry ha sido el farmaceútico del pueblo cercano a Crosby muchas décadas. Casado con Olive también muchos años es respetado y reconocido en los alrededores por todo el mundo. Todo el mundo estima y aprecia a Henry. Su amabilidad y su ternura hacen que todos sientan por él verdadera simpatía. Todos menos su propia esposa, a la cual, tanta sensibilidad y consideración, le cargan, le resulta insoportable. Olive, y es que hay que decirlo aunque nos duela como lectores porque nos hemos encariñado de ella, es absolutamente injusta con él en muchas ocasiones. Y el maltrato al que le somete, hasta con ciertos aires de superioridad, es algo visible en muchos puntos de la obra.

Henry aporta a la narración mesura y compasión, y resulta curioso como técnica lo que Strout hace con él, Henry resulta el espejo por el que vemos el secreto más íntimo de Olive, que se descubre ya desde el primer capítulo: Su enamoramiento de Jim O,Casey, oculto para siempre y jamás mencionado a nadie.
Henry conoce de sobra este hecho, de la misma forma que tolera las noches de llanto de Olive. Su misión es acompañarla, es algo que siente, y jamás la decepcionará en este aspecto.

Henry por su parte también tiene el suyo propio, se enamora de la joven ayudante de farmacia Denise. Su visión bastante paternalista de la vida, le impulsa a proteger e intentar ayudar Denise con sus problemas. Pero pasarán los años y él seguirá pensando en ella. No deja de ser  extraño que él mismo confiese en el primer capítulo que si él sigue con Olive es precisamente gracias a esa culpabilidad de lo que sentía por Denise.

Henry sufre un menoscabo muy fuerte en su salud y acaba siendo internado en una residencia. Olive va a visitarlo con frecuencia y procura hablarle como siempre, como si nada hubiera sucedido. La complicidad que sí tienen como amigos se pone de manifiesto a estas alturas de la obra. La lealtad de Olive se pone a prueba pero no le falla.



CHRISTOPHER

Es hijo único de los Kitteridge. Y Strout lo convierte en el tercer vértice de su historia. Como un segundo espejo por el que el lector se guíe y poder conocer a Olive mejor.
Chritopher es podólogo y tras un divorcio traumático se marcha a Nueva York donde finalmente rehace su vida con otra mujer. Es por su huida que ha decepcionado a Olive, ya que Henry y ella habían invertido todo su esfuerzo en construir una casa bonita en el pueblo para él. Con ese primer matrimonio Olive en realidad siente que le han robado a su hijo y que su sueño de convivencia con toda la familia se ha esfumado. Christopher ha crecido bajo la premisa que la misma Olive confiesa que le inculcó “No te fíes jamás de nadie” (relato “Una pequeña alegría”). Es un chico que crece de forma muy solitaria y con muy pocos amigos, aunque más que por lo que Olive desea reconocer como un carácter parecido al suyo, luego descubrimos que supone un trauma para él tanta soledad y tal vez sea por ello que se empareja con una mujer con hijos de otras relaciones y con problemas de afectividad también.
Su relación con su madre se convierte en un desastre y ese es el único talón de Aquiles de nuestra protagonista, ya que ama sobremanera a su hijo. Y la propia Strout deja entre ellos un final abierto, el lector nunca sabrá cómo acaba la historia.

Henry al final decide crear su familia lejos del pueblo donde se crió y del destino que su madre le tenía reservado. Para el lector, resulta un cambio muy interesante, ya que en Crosby vemos un mundo aparentemente estancado (cosa que sabemos que no es así) pero al final es Christopher él único que se marcha harto del pasado.






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