sábado, 14 de marzo de 2015

DESPISTE IMPERDONABLE.


He encontrado en mi alcoba medio centenar de eslabones de cristal de Bohemia. No me explico de dónde ha salido ésto. Hace muchos años recuerdo que compré material para hacer collares: hilo metálico, cuentas de colores, pinceles y pinturas especiales por si pintaba vidrio. Las manualidades eran mi hobby: muñequería de fieltro, animales de peluche, cuadros de tercera dimensión, dibujos de frutas en los pañuelos y abanicos, flores de alambre y media, hasta que un maravilloso día descubrí, como por arte de magia, la gran aventura de escribir historias. Historias inventadas, historias vividas, historias de brujas y ogros, historias de niños ingenuos y precoces, y ésto fue para mí como renacer, vivir un sueño en el que nunca había imaginado entrar, como Alicia en el País de las Maravillas
          Me hice más observadora, percibí mejor la diferencia entre el bien y el mal, me recreé con gusto en mis fantasías y en mis pensamientos, empleé todas las neuronas que pude, hasta entonces escondidas en mi cerebro, acaricié el amor incluso con más intensidad y noté que los años, no sin algo de temor por mi parte, discurrían veloces, a pesar de experimentar no sólo mi vida, sino adentrándome en la vida de otros muchos personajes que inventaba en cada nuevo relato. Este cambio, evidentemente, era muy hermoso pero, como todas las cosas tienen sus ventajas y sus inconvenientes. A la vez mis pies fueron distanciándose más de la tierra, subiendo, subiendo, ascendiendo a las nubes sin parar. Olvidaba qué comida hacer a mi marido,
olvidaba que los miércoles debía ir a buscar a mi nieto al colegio, olvidaba que el día 13 tenía el pinchazo del Sintrón y cita con el médico de familia, olvidaba echar los garbanzos en agua para el viernes de Cuaresma hacer potaje. En fin, olvidaba hasta el mes que aparecía en rojo en el calendario.
          Y hasta estos instantes, había olvidado completamente que hoy ha sido nuestro aniversario de boda. De ahí el medio centenar de cuentas de cristal de Bohemia que lo más probable es que me lo haya comprado mi marido para engarzarme un collar que me encantó en una joyería cerca de casa.Hoy han sido nuestras  Bodas de Oro. ¡¡Toda una vida de felicidad!! ¡Cincuenta años increibles!

Tornasol
(3,9,2014)

2 comentarios:

  1. ¡Felicidades Tornasol!
    Hay despistes que se remedian con un cuento...

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  2. ¡¡ Precioso !!
    Y enhorabuena por esos cincuenta años, despistes literarios incluidos.

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