martes, 19 de marzo de 2013

Baudelaire, Las Flores del Mal



"-Con todo no hemos llegado aún a dar con la clave que nos permite adentrarnos en el entendimiento del alcance expresivo de Baudelaire. El poeta, ser desgarrado, dividido, como hemos visto, siente una sed inapacable de unidad. Ello le lleva a situar en un primer plano las relaciones existentes entre los objetos, relaciones que son captadas en una sensación en la que se confunden dos o más a su vez. Se trata del conocido fenómeno psicológico de la sinestesia, imagen o sensación subjetiva, propia de un sentido, determinada por otra sensación que afecta a un sentido diferente. Se habla así de audición coloreada, o, al revés, de colro sonoro. En música, ciertos compositores como Debussy, han considerado que una pieza escrita en una determinada clave sugiere, mejor que en cualquier otra, un deteerminado color: el verde del campo para una sinfonía pastoral o el azul para un poema sinfónico que intente describir el mar. Tales fenómenos sinestésicos suelen explicarse atribuyendo esas correspondencia al hecho de que los colores y los sonidos, por ejemplo, provocan un estado emocional común, me diante el cual se producirá la sensación...

Igual que largos ecos que a lo lejos se confuden 
en una tenebrosa y profunda unidad,
vasta como la noche y la claridad,
los perfumes, los colores, los sonidos se responden (81)

Baudelaiere va pues más lejos. Crre que tales correspondencias o analogías son extrasubjetivas, que se dan en la naturaleza misma, de forma que cada ser, cada sensación tiene el poder de convocar a la unidad más amplia a la que corresponde. Será función de la imaginación humana ordenar este aprente caos de la naturaleza, unir a los seres que se corresponden y dar a conocer mediante el lenguaje la unida que se halla tras los bosques de los símbolos..."


-De E. López Castellón.
Abelus Wallas

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