PAPÁ: Allá donde estés, quisiera explicarte muchas cosas, pero no te quiero reprochar nada porque sé que nunca pretendiste hacernos daño, ni a mamá ni a mí. En este día tan señalado y, doy gracias a Dios, he logrado al discurrir de los años, perdonar y olvidar. Sólo así he conseguido ser feliz plenamente. Ahora quiero que, a través de la mirada pura y limpia de tu biznieto, al que no has conocido, adivines el cariño que siento por tí y que de lo único que me acuerdo es de la Muñeca Cayetana que me echaron los Reyes con muchísimo sacrificio y de los ojillos de emoción que pusiste al yo recibirla. También de lo orgulloso y apuesto que ibas vestido de padrino el día de mi boda. ¡¡MUCHAS FELICIDADES!!
Tornasol
Tornasol, que te pilla la madrugada trabajando.
ResponderEliminarCon maravillosos resultados.