ESTRUCTURA:
-La estructura de la obra es
lineal y muy sencilla. Carente de saltos en el tiempo que la compliquen, sus
diálogos agilizan la traman, a parte de mostrarnos con apenas dos líneas de
expresión, toda la profundidad de una personaje.
La narración puede ser
calificada de nouvelle, un novela corta. Aunque creo que a Wescott esta
clasificación le sea indiferente. Sea
considerada relato largo o novela corta, no desmerece su calidad.
A su vez, la obra nos enseña, de
forma natural, a dos clases sociales bien distintas, los señores y los criados.
La polaridad deja bien claro que ambas esferas sufren sin embargo las mismas
cosas: Celos, pasiones, tristezas, el amor como motor de evolución en los seres
humanos y como peor lastre para la felicidad.
En esto creo que tiene mucho de trama clásica, casi materia constante en
otra rama, el teatro.
Lucy, se encuentra en la
pirámide del triángulo, una ironía, es un animal que puede ostentar el poder de
las emociones y no ser consciente de ello. Resurge como motivo constante de
separación de los Cullen y como objeto de intriga del resto de personajes.
La estructura avanza acorde a
los actos del animal, si come o se pone nerviosos, el temor a que no se libere
y no vuelva. Una perspectiva precisa, descarnada que Wescott aprovecha una y
otra vez para engancharnos.
Apenas salimos de la casa de
campo en toda la obra. La casa contiene el mundo. Tal vez sea la propia
perspectiva humana de Wescott que aquí asoma: No es necesario ver todo el mundo
para vivirlo intensamente. De esta
forma, todos nos convertimos en posibles blancos de experiencias sublimes. Y todos aunque los queramos ocultar, podemos
ser descritos con precisión si a nuestro lado tenemos un “Alwyn” silencioso.
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