Los árboles atraviesan mi ventana y me traen las últimas hojas verdes. Arropan el trayecto de los niños hacia el aula, bandadas de pájaros dulces, aliento de leche, carritos surcando la tierra endeble. Hay humos como bostezos de chimenea, olor a pan recién mordido, el jardinero rasgando las briznas del césped. Ascensores trabajando ya desde la madrugada, relojes sonando. Radios que se encienden enloquecidas, el último halo de calor en la doblez de las sábanas. Seguro que otros mundos contienen otros tantos otoños, miles, eones de tiempo, ¿todos tan fugaces como el frío amanecer en mi mano? Este, mi otoño, el mío y el tuyo, alberga pájaros distraídos en el cielo, contiene la sal del mar en la lejanía, naranjas y amarillos en la linea del último ático. Tantos y tan distintos, qué importa si otros ya los escribieron mejor...yo te comparto lo míos, quietud y más árboles, al fondo, la promesa de un sol in eternum.
De Isabel Simón
Críticas, yo quiero quedarme en ese otoño tuyo de pájaros distraidos y áticos bicolor. Me has hecho soñar entre las nubes y el humo de esas chimeneas, y quiero recordar la bella figura retórica, hipálage: Arropan el trayecto de los niños hacia el aula. Cerraré la puerta al invierno, prefiero ese otoño tuyo. Besos.
ResponderEliminarTornasol