jueves, 7 de febrero de 2013

LA VIDA BREVE (Juan Carlos Onetti-1950)

Argumento.- Brausen, un triste empleado de una agencia de publicidad, casado con Gertrudis, a la que se le acaba de amputar un pecho y de la que al poco se separa, imagina el personaje del Dr. Díaz Grey con destino a un supuesto guión cinematográfico. Al tiempo asume una identidad supuesta, la de Arce, con la que se presenta ante la Queca, una prostituta que vive en el apartamento contiguo y a la que, una vez que ha sido despedido de la agencia, decide matar. Sin embargo, será Ernesto, uno de los clientes habituales de la Queca, el que la asesine. Finalmente Brausen (o Arce) empujará a Ernesto a huir en su compañía.

Tema.- La idea central de la novela es que el ser humano no está condenado a una vida concreta y específica, sino a una determinada forma de ser, lo que le permite vivir varias vidas, necesariamente breves. De esta forma se establece un proceso continuo de sucesivas muertes y renacimientos como posible vía de acceso a una cierta suerte de inmortalidad. Brausen afirma en ese sentido: “…la gente cree que está condenada a una vida, hasta la muerte. Y sólo está condenada a un alma, a una manera de ser. Se puede vivir muchas veces, muchas vidas más o menos largas.”

No obstante, ello no pasa de ser un juego, una farsa, pues nada permite evitar el fracaso, la desesperanza y el hastío de la existencia. Así lo reconoce Brausen cuando concluye : “Puedo, sí, entrar en muchos juegos, casi convencerme, jugar para los demás la farsa de Brausen con fe. Cualquier pasión o fe sirven a la felicidad en la medida en que son capaces de distraernos, en la medida de la inconsciencia que pueden darnos.”

 Motivos.-

- La multiplicidad de vidas posibles.- El protagonista irá asumiendo distintas personalidades a lo largo del texto: Brausen, Díaz Grey, Arce, e incluso la del propio autor. Un personaje menor incluso llevará el nombre de Onetti. Estas personalidades pueden ser sucesivas, pero también simultáneas, hasta llegar a confundirse en algunos momentos, estableciéndose una relación de tensión entre ellas en la lucha por el triunfo de una sobre las demás. Será Díaz Grey quien se alce con él, pero no en La vida breve, sino de cara a obras posteriores de Onetti, en las que el protagonista será el doctor.

- La falta de voluntad.- Los personajes se nos muestran aquejados de una especie de abulia vital, como manejados por alguna clase de destino fatal frente al que sería absurdo e ineficaz rebelarse. Es necesario (o quizás inevitable) “despreciar lo que debe ser alcanzado con esfuerzo, lo que no nos cae por milagro entre las manos.”

- Conciencia de la propia esencia.- Al ser humano sólo le cabe concentrarse en el propio ser. Así el absurdo obispo pontificará que “la eternidad es ahora” y que el hombre debe poner todos sus esfuerzos en ser él mismo. Brausen afirma que “Toda la ciencia de vivir…. está en la sencilla blandura de acomodarse en los huecos de los sucesos que no hemos provocado con nuestra voluntad, no forzar nada, ser, simplemente, cada minuto.”

- Realidad del sueño y la imaginación.- Los mundos oníricos y los imaginados cobran vida como formas del mundo real con el que se relacionan e interactúan (Díaz Grey y Santa María). Ello acentúa la apariencia fantasmagórica y absurda de muchos de los actos de los personajes, que se mueven impulsados por la disparatada lógica de los sueños, en los que la secuencia cronológica de los sucesos carece de relevancia.

- Omnipresencia de la mujer.- En todas las historias de la novela juega un papel relevante una mujer, que es a la vez todas las mujeres, puesto que Onetti recurre al arquetipo femenino, otorgando a cada una de ellas el correspondiente papel de esposa, amante, prostituta, hermana.

Símbolos.-

- Santa María.- Como en el caso de otros autores y muy señaladamente de su admirado Faulkner, Onetti crea un espacio físico en un inicio ficticio y más tarde, en obras posteriores, real, como escenario para sus criaturas. En ese mundo se desenvolverán en adelante algunos de los personajes que  ya aparecen en esta novela y especialmente Díaz Grey.

- Los disfraces.- Serán el inevitable aderezo del cambiante juego de identidades de los capítulos finales.

- El alcohol.- La presencia de la bebida es constante a lo largo de la novela como elemento favorecedor de la dimensión onírica e imaginaria de la vida.

- La amputación.- La amputación de Gertrudis antes del inicio de la acción preludia la consciencia de estar incompleto del ser humano, aludiendo posiblemente a la ausencia de Dios.

- El sexo.- Son continuas las referencias a actos o actitudes de contenido sexual, apareciendo el sexo como vía de escape a la condición mortal.

1 comentario:

  1. Buenas Hispaniola...qué alegría volver del fin de semana y encontrar tus textos.
    Nos vemos por el Ajenjo...

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