PERSONAJES
CECILIA GREY:
Cecilia Grey tiene treinta y
cinco años cuando mantiene un romance con el protagonista de “Antigua Luz”. El
tiene quince años, pero esos veinte años de diferencia no suponen un reparo lo
suficientemente fuerte para no aventurarse. Ella es la madre del mejor amigo de
Alex, nuestro protagonista, única voz (primera persona) que se registrará en
toda la narración. Todas las impresiones que tengamos de Cecilia y del resto de
personajes de la trama, se tamizan obligatoriamente por la perspectiva de Alex.
Lo cual nos limita a la hora de conocer las verdaderas emociones o anhelos de
cada uno de ellos. Con una prosa simple, limpia, magistral, Alex nos sumergirá en
su mundo más intimo, en sus secretos, pero esto no deja de ser sólo una nimia perspectiva
que parece muy extensa, porque Alex mismo vive subyugado por la excitación y el
enamoramiento, el miedo y la arrogancia y los celos; y todas las descripciones
de su mundo, del mundo de su pubertad, se verán sujetas a ello.
Cecilia está casada, su esposo,
el señor Grey, es el óptico del pueblo. Tienen una posición social acomodada,
gozan de una aparente tranquilidad familiar. A parte de Billy, tienen a Kitty,
la pequeña. Personaje que cae muy mal a
nuestro protagonista. Felina y fea, astuta, silenciosa, así la describe. Pero
tal vez sólo sea una impresión engañosa, resultado del sentimiento de celo y
culpa que él vive. Desde luego, se convierte al final de la trama en el
personaje que aclara todos los misterios, que resuelve todas las intrigas, qué
fue de la señora Grey, su madre, los equívocos que producen nuestras
suposiciones, tan reales y sólidas durante años. Kitty convierte todo eso en
papel mojado. Y tal vez obligue a nuestro Alex, a rehacer todos sus recuerdos.
La primera vez que Alex ve a
Cecilia como algo más que una madre, es en la calle. Ella bajando hacia la
iglesia en bicicleta, la falda se le sube, él ve su ropa interior. Se queda
fascinado, el mundo femenino se hace carne, el misterio le excita, pronto se
producirá otro equívoco de espejos en la casa de los Grey, y Alex y Cecilia, al
poco tienen su primer encuentro sexual…
Desde luego es el personaje
descrito con más minuciosidad de toda la obra. Las imágenes que se evocan de la
señora Grey son fascinantes, de una calidad literaria enorme. Desde la descripción de su cuerpo, sus pies
volátiles, su mechón rebelde tras la oreja, las exhalaciones de humo mientras
conduce, hasta sus emociones escondidas tras la madurez y la calma que curan
los celos de Alex. La entereza y la
sangre fría que muestra al mantener el engaño a su esposo e hijos, la nostalgia
de salir de ese pedazo de pueblo aburguesado.
Han pasado los años y Alex, ya
en una etapa madura, la sigue recordando con intensidad. Cómo lector, me sigo
preguntando si tal vez porque fue un fetiche de lo femenino, tal vez porque fue
un gran amor, tal vez porque el tiempo agotado nos reclama la viveza del
pasado…
Cecilia en el fondo nos resulta
un misterio. ¿Es acaso una ama de casa
aburrida que tiene una aventura? ¿Es la enfermedad y la muerte la que le
arrastra a ese riesgo? ¿Sintió amor por Alex? ¿Tal vez fue ese adulterio lo que
la hizo feliz sus últimas semanas, sentirse viva?
Son muchas las posibilidades que
se nos abren en la narración. Al propio Alex pasados los años. Pero celebro la
creación de Cecilia por parte de Banville como una fuente infinita de
sensaciones, tan humanizada que se te olvida todo el tiempo que no existe. Que
no es real, que ni siquiera está construida sobre recuerdos correctos, ni
fechas, ni estaciones. Sin embargo es para mí, uno de los mejores personajes
desarrollados de la novela.
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