Versos de Miguel Hernández contra la desmemoria
Un millar de personas reclama la reposición del memorial a los fusilados por el franquismo en La Almudena que retiró el Ayuntamiento
El crítico literario Leopoldo de Luis, uno de los mayores expertos en Miguel Hernández, afirmaba que de un poeta como el alicantino se puede decir siempre la primera palabra, pero no la última. Hace dos semanas trascendió que el Ayuntamiento de Madrid, gobernado por el PP y Ciudadanos, había resuelto excluir sus versos del memorial de las víctimas del franquismo en La Almudena. Su obra, silenciada durante la dictadura, parecía condenada de nuevo al olvido. La decisión generó una insólita respuesta que ha culminado este domingo en el cementerio donde se levanta el homenaje a los 2.936 republicanos fusilados al término de la Guerra Civil. Sus nombres, inscritos en placas de granito, ya fueron arrancados por el Consistorio en noviembre.
“No hay mezquindad que pueda silenciar a Miguel Hernández. Un acto como el de hoy es una reivindicación de la memoria democrática, una solidaridad con las víctimas, un homenaje al poeta, pero, sobre todo, es un acto para reivindicar Madrid. En esta ciudad no cabe el odio, la represión, el racismo ni la mentira”, ha señalado el poeta Luis García Montero. El millar de personas que se ha congregado en el camposanto este mediodía ha reaccionado a sus palabras entonando repentinamente el No pasarán, el lema que utilizaron los republicanos en su intento de frenar el asedio de los sublevados a la capital. El espacio se ha quedado pequeño para la ocasión y muchos de los asistentes han tenido que seguir el recital encaramados a las lápidas.
García Montero se animó, como si de una metáfora se tratara, con Llamo a los poetas, un texto en el que el homenajeado convoca a sus compañeros en plena contienda. Es precisamente lo que ha hecho el maestro granadino. Sobre un improvisado escenario de madera, elevado del suelo hormigonado apenas unos centímetros, han desfilado una veintena de poetas para recitar versos de Miguel Hernández, que fue capturado en 1939 por las fuerzas del bando nacional tras el fin de la Guerra Civil y condenado a muerte. Las autoridades le conmutaron esa pena por 30 años de prisión, pero en la cárcel se le secaron los pulmones con apenas 31 años. “El odio se amortigua / detrás de la ventana”, ha susurrado el poeta Jordi Doce. Ha prestado su voz a Hernández para rememorar las palabras con las que este culminó El hombre acecha, un libro escrito durante la Guerra Civil para denunciar el rencor.
“Una lamentable regresión”
El cementerio de La Almudena ha sido esa ventana este domingo grisáceo, aunque sin precipitaciones. La escritora Almudena Grandes lo ha contrarrestado recitando un poema titulado Alegría, “que es la virtud de los resistentes y eso es lo que nos toca”, ha dicho en alusión a quienes se concentraban por la decisión del Ayuntamiento. “Seguiré luchando por la memoria mientras tenga un halo de vida”, reconocía Angustias, una octogenaria sentada en primera fila que se ha tenido que secar las lágrimas en varias ocasiones. La iniciativa de este recital partió de la librería La Libre de Barrio, en Leganés, pero el clamor popular lo convirtió pronto en un acto masivo al que se han sumado personalidades de la cultura, colectivos y organizaciones memorialistas. “Asistimos a una lamentable regresión”, ha opinado Adolfo López, otro asistente. Muchos portaban la bandera tricolor de la Segunda República y otros ramos de flores que han depositado en las tapias donde fueron asesinadas las víctimas, entre ellas Las 13 Rosas.
Uno de los participantes más críticos con la decisión del Consistorio ha sido el poeta Gsús Bonilla: “No les vamos a dejar por muchos nazis que metan en las instituciones”. Sobre ello ha insistido José Luis Ferris, biógrafo de Miguel Hernández, que considera que eliminar sus versos es “un error y demuestra ignorancia” ya que estos “pertenecen a toda la sociedad”. Para él, detrás del PP y Ciudadanos hay “una sombra que influye en sus decisiones”. Una opinión que no comparte Inma Chacón, para quienes esos partidos “son lo mismo”. La poeta extremeña ha reconocido que no comprende que cuatro décadas después de recuperar la democracia se siga en este punto: “Hoy debería haber un gran lazo en el palacio de Cibeles que simbolice la vergüenza”. El público la ha secundado pidiendo a gritos la dimisión del alcalde, José Luis Martínez-Almeida.
Fuentes municipales aseguran que “nunca hubo texto alguno” para el memorial que comenzó a levantarse en mayo del año pasado, días antes de las elecciones municipales. La llegada al poder del PP y Ciudadanos paralizó las obras cuando estaban al 80% de su ejecución. En noviembre retiraron las placas con los nombres de los 2.936 republicanos fusilados entre 1939 y 1944. El nuevo gobierno municipal se basa en un dictamen del extinto Comisionado de Memoria Histórica para aunar el homenaje, lo que para algunas víctimas supone un agravio. En la estructura de hormigón, aún vallada y oculta por una malla verde, se puede advertir la frase colocada por el Ayuntamiento. “Es una falta de respeto para quienes fueron represaliados por permanecer fiel a la República”, sostiene Alberto mientras observa por un agujero de la red.
“Estas decisiones suponen un gran dolor para las familias de las víctimas. El Ayuntamiento habla de reconciliación, pero lo que pretende es acabar con la concordia”, afirma Tomás Montero, portavoz del colectivo Memoria y Libertad. Una tesis que secunda el manifiesto que han leído Manuela Bergerot, experta en políticas memorialistas, y Patricia Chica, de la Libre de Barrio: “Sin memoria no hay recuerdos ni historia que valgan. Por eso exigimos verdad, justicia y reparación”. En el texto también se recuerda que “los herederos políticos del franquismo” están ahora en el Consistorio y que “han comenzado una campaña de humillación a las víctimas”. El acto ha acabado con una emotiva versión de Nanas de la cebolla musicalizada por el coro Voces por la Justicia Social y que han tarareado los asistentes, algunos de los cuales no han podido contener las lágrimas. Antes de abandonar el cementerio, han lanzado vivas a la República y una advertencia: “No hay democracia sin memoria”.
Fuente: El País
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