martes, 31 de marzo de 2020

Adopta un Librería (en tiempos del Coronavirus)

Todo comenzó en Italia. Sí, estoy hablando del coronavirus. Pero no, no esperen leer una crónica más que añadir al reguero de malas noticias que esta crisis sanitaria, económica y humanitaria, en definitiva, está provocando. Surgió, como digo, en el país transalpino, y se trata de una iniciativa solidaria que busca ayudar al eslabón más frágil, ahora y siempre, de todos los que conforman la cadena del libro: las librerías. El pasado 18 de marzo, la editorial italiana Eris puso en marcha la campaña «Adopta una librería», por la cual las compras hechas en su página web repercuten en un establecimiento libresco independiente que cambia a diario, como si el usuario hubiese adquirido los libros allí.
Así, desde que arrancó la idea han sido «adoptadas» por los editores de Eris librerías como Inferno Store y Altroquando, en Roma, Mannaggia, en Perugia, Golem y Belleville Comics, en Torino, o SPINE Bookstore, en Bari. La noticia la contó en España, vía Twitter, el escritor Guillem López, que publica con Eris en Italia, y fue saltando de tuit en tuit, movilizando las ideas (y las conciencias) del mundo del libro en nuestro país. Tanto es así que, sólo doce días después, ya tenemos una iniciativa muy parecida en España, a cargo de Nórdica Libros.


La editorial que dirige Diego Moreno anunció ayer su intención de destinar un 35% de todas las compras hechas en su página web (www.nordicalibros.com) a la librería, de cualquier rincón de España, que el comprador decida. Hay que advertir que Nórdica sólo vende e-books y «merchandising» literario (de tazas a bolsas) en su web, ya que considera que el punto de venta de los libros en papel han sido, son y deben seguir siendo las librerías. Al adquirir el producto online, el comprador debe especificar, en «Observaciones», la librería a la que quiere que vaya destinado ese 35% (el porcentaje habitual de un librero por la compra de un libro está entre el 30 y el 40%). La editorial trabaja ya con una base de datos de librerías a las que ingresará, al final de cada semana, la parte que les corresponde de las compras. Un gesto que, como advierte Diego Moreno, «no va a ser gran cosa económicamente, pero sí es bonito».


Apoyos
El editor llevaba días pensando qué hacer, cómo ayudar a todos esos libreros con los que habla a diario y a los que nota hundidos. Por fin, se le ocurrió esta idea y, tras hablar con la Confederación de Libreros (Cegal) y comprobar que les parecía bien, la puso en marcha. «Las primeras semanas hemos generado actividad, un poco en la efervescencia, pero ahora hay que empezar a tener ideas que generen algo para ver cómo podemos contribuir a salir de ésta de la mejor manera. Es el momento de que alimentemos y cuidemos la cadena. Si a esta iniciativa se suman otras, genial», explica Moreno, que se plantea que la idea surgida sea permanente.
De momento, las únicas editoriales que se han sumado a la propuesta han sido Dos Bigotes y Barrett (ambas venden en sus páginas web libros físicos que, una vez las autoridades sanitarias lo permitan, enviarán a sus compradores), y eso que Nórdica forma parte de Contexto, asociación de sellos independientes en la que también figuran Libros del Asteroide, Barataria, Impedimenta, Periférica y Sexto Piso. En lo que respecta a los grandes grupos editoriales, fuentes de Penguin Random House confirman a ABC que están «trabajando en distintos escenarios» y recuerdan que ellos no venden e-books a través de su web, mientras que en Planeta explican que no harán los mismo que Nórdica, si bien están «en contacto permanente con los libreros para apoyarles en todo lo posible para poder superar las circunstancias actuales».
El editor de Nórdica cree que «poco a poco irá calando la necesidad de ideas concretas», pues el panorama es «negro». Con las librerías cerradas, igual que las distribuidoras y los almacenes, es complicado imaginar cómo va a salir el sector de esta difícil coyuntura, aunque Moreno apuesta por «un cambio de mercado importante». Y, de entre todas las propuestas hechas por la industria al Gobierno, prioriza un plan de compra para bibliotecas. «Puede ser lo que haga que las librerías no cierren. Si abren la puerta y esperan a que llegue un comprador… La primera acción de todas debe ser esa: que el Estado dedique una partida para que el primer día que abran las librerías las bibliotecas hagan una compra masiva de libros. Es un mecanismo fácil, no hay que inventarlo, y además beneficia a toda la sociedad».
Inés Martín Rodrigo (ABC diario)

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