"Quememos la fortuna aun sin alcanzarla
y hagamos de los oropeles fatuos
nada sino recortes de confeti, huella
de la festividad de nuestros días.
Dilapidemos los pagarés antes de que venzan
sobre nosotros y cuadren a priori
los balances de las historias venideras.
Saldemos con abundancia
las palabras que nos atañen,
aquellas que habrán de procurarnos
saldos favorables al rumbo de nuestros pasos
porque una vez que tengamos aprendida
la lección magistral, beneficiosa
para el fuego de nuestras ambiciones
no habrá canción que nos alegre
ni abrazo que nos redima."
Ricardo Pérez Hernández
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