MEDIADOS DE DICIEMBRE.- (microrrelato)
Hoy he despertado oyendo en el alfeizar el piar de un gorrión con las plumas mojadas. Una mañana gris, plomiza, lluviosa. El árbol que roza los cristales,
se desprende con ayuda del viento, de varias hojas a mechas amarillas que echan lagrimones despidiéndose de sus hermanas marrón glasé, cimbreantes y aún firmes hasta la próxima estación. Desde lo alto, bien lavadas y fortalecidas por el ramaje, expresan sus adioses con una danza melancólica. Lamentan, entre sollozos, la irreparable pérdida de esas otras tan unidas y juguetonas en estos meses pasados. Las han visto nacer. Las grandes, pocas ya, vestidas de un alivio luto, a la vez rezan y lloran la melodía de Las hojas muertas que yacen, inmóviles y desperdigadas, entre la grava del parque.
se desprende con ayuda del viento, de varias hojas a mechas amarillas que echan lagrimones despidiéndose de sus hermanas marrón glasé, cimbreantes y aún firmes hasta la próxima estación. Desde lo alto, bien lavadas y fortalecidas por el ramaje, expresan sus adioses con una danza melancólica. Lamentan, entre sollozos, la irreparable pérdida de esas otras tan unidas y juguetonas en estos meses pasados. Las han visto nacer. Las grandes, pocas ya, vestidas de un alivio luto, a la vez rezan y lloran la melodía de Las hojas muertas que yacen, inmóviles y desperdigadas, entre la grava del parque.
Tornasol
Invierno, invierno ... Bonito.
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