Para leer con...
"Laudeate Dominum" - Mozart
Subir los escalones de dos en dos de la mano de mis padres.
Esquivar a los que bajaban procurando no perder el equilibrio y al final de las
escaleras tocar tierra y sentir a La Suerte disfrazada de décimos sonoros en la
garganta de Las Loteras que atiborraban la calle. Comprar uno de ellos y llenar
la imaginación de sueños, de sueños que se mezclaban con hojaldre caliente y
crema en la pastelería de siempre. Sueños y sabores bañados con chocolate
caliente cuyos restos en los labios se limpiaban con pequeñas servilletas de
papel siempre blanco. Y después llegar a la Plaza Mayor a por figuritas para completar un Belén que durante años, año a año,
fue creciendo con nosotros.
Navidad, Navidad en este mi Pueblo Grande.
Todo lo que cuentas es verdad, Peter. ¡Cómo subíamos las escaleras del metro! Es también mi Madrid, chulapón, garboso, pinturero y los niños, aunque coman hojaldre con crema, si quieren, a diario, siguen con la misma ilusión de ver las figuritas de la Plaza Mayor. ¡Qué gozada! Precioso y nostálgico.
ResponderEliminar¡¡ Gracias Tornasol !!. ¿Te veremos en persona personalmente este viernes? Recuerda que prometiste venir y es más hasta proponernos un libro...
ResponderEliminar¡¡ Te esperamos !!
A Belén pastores, a Belén chiquillos....
ResponderEliminarQué belleza Peter.
ResponderEliminarSin palabras.
¡¡ Caray !! Gracias.
ResponderEliminarEsa salida de metro por todos reconocida, huele a ensaimadas recién hechas. Tienes un poder evocador.
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