EN EL DÍA DEL LIBRO
En el Día del Libro he rescatado de una guerra a unos niños. Se llaman Claus y Lucas y parecen gemelos, rubios como ángeles y con ojos de listos, pero secos y rojos, como si hubieran llorado mucho y después, un secador de pelo hubiera absorbido el líquido . Son guapos los chiquillos, aunque les he visto aún muy de refilón, y tan pálidos y flacos. Sólo con enseñar a su abuela un par de billetes, me los ha dado sin rechistar, y a la vez me ha tirado contra el suelo dos pares de botas infantiles en buen estado, unos guantes y una bolsa grande y pegajosa con una biblia, un cuaderno y un diccionario. ¡Qué mujer más rara! ¡y cómo olía a alcohol! Los chicos, a pesar de que hace unos minutos estaban medio dormidos en un camastro, ahora van andando a mi lado y sonríen para saludar cuando ven a alguien: -Adios, señor zapatero; adios prima, hasta luego; A los pocos segundos hacen una especie de reverencia al unísono: Adios, señor cura, qué espléndido día! A lo lejos, se perciben campanadas sueltas y rotundas que se confunden entre la polvareda, más allá, de vengalas y, más cerca, el eco ensordecedor de unas metralletas. Claus y Lucas, así me han dicho que se llaman, no parecen inmutarse con los sucesos del camino, con la familiaridad ni con el distanciamiento, con la cercanía de mi mano, ni con el ceño de su anciana abuela. "¡Qué ingenuidad, ¡cuántas cosas les voy a enseñar! parecen espabilados y receptivos. Los pobres, ahí, seguro que ni han ido a la escuela, serán huérfanos, no sabrán nada de la vida, nada de nada, de la malicia de los seres humanos. Seré como una madre joven que les arropará por las noches con sábanas de seda y les haré una colcha de encaje rompiendo para ello mi largo vestido y jugaremos con mi varita a hacer milagros, a convertir sus harapos en traje de príncipes. Veo de reojo a Claus que se ha metido en la bolsa y, ahora disimulando, Lucas también asciende por mi pierna y ¡ Uyyy! se ha introducido con el hermano, pero no los veo dentro. Ya entiendo, como es el Día del Libro, uno se ha agazapado entre las hojas de la biblia y el otro en el Diccionario. ¡qué chiquillos! les va a gustar leer.
Tornasol
Ya irás conociendo más a fondo a los gemelos de la Kristof, piezas de museo los chiquillos.
ResponderEliminarBonito artículo para celebrar el Día del Libro.
Nosotras seguimos con sol y hadas...¿cierto Tornasol?