-KAFKA TAMURA:
Es el protagonista de esta
novela. Kafka tiene escasos quince años y se marcha de su casa porque no quiere
bajo ningún concepto estar cerca de su padre, un afamado artista de Japón. Esta
huida es la principal trama de la obra. La que desencadenará el resto de
historias entrelazadas que la conforman. Kafka no huye, sino que su marcha es
una decisión absolutamente consciente y meditada. Se ha preparado para ello,
tanto física como mentalmente, de una forma concienzuda y por largo tiempo. El
quiere, primero alejarse por completo de su padre, y dos, quizá con algo de
suerte saber dónde están su madre y su hermana, ya que ambas abandonaron el
hogar cuando él era muy pequeño. Quizá poder saber por qué no lo llevaron con
ellas.
Kafka por lo tanto tiene muchas
preguntas y muchas carencias emocionales. Su padre además tiene algo que le
repugna y por lo que él ansía esa ruptura. Kafka tiene una parte de sí mismo
que le repugna, todo lo que se asemeje a su progenitor. Una parte oscura y
tenebrosa, llena de cinismo.
Kafka, ante el misterio del por
qué ha sido abandonado, ve entonces a cualquier chica como una posible hermana
y a cualquier mujer como una posible madre. La idea de que cualquier chica o
mujer con la que mantenga relaciones
sexuales puede ser su madre o hermana, le atormenta. Kafka es un chico muy
aislado, nadie puede comprenderle.
Su Alter Ego es el Cuervo. Una
voz fuerte que tira de él. Que le recuerda constantemente que es el chico más
fuerte del mundo. Aunque por la forma en que el Cuervo “arrastra la palabras”
parece a veces un sueño (página primera, edición MaxiTusquets) pero no es así.
El Cuervo siempre está despierto
a su lado, y en ocasiones vacía su mente para poco después adueñarse de él por
completo. El Cuervo entra y sale de su cuerpo cuando quiere, tomándolo como una
vía hacia la realidad. Kafka ni siquiera se pregunta por qué “hay cosas que
hace que no recuerda haber hecho”. No al menos preguntándose de raíz si ha sido
el Cuervo quien las ha hecho.
El Cuervo resultará ser una
paradoja desagradable, por un lado alienta y anima a Kafka a seguir en su
viaje. Por otro, su voz es tan cínica como la que tanto odia, la de su padre.
Kafka no se resiste a la
presencia de esta voz, más bien se acomoda a los acontecimientos que provoca la
misma como puede, asumiéndolos en su destino. Kafka no parará por nada del
mundo ante su propósito, la aventura de su pasado. El misterio de su abandono.
Donde la Tragedia tiene su mejor espejo, un hijo enamorado de su propia madre,
un hijo que quiere asesinar a su progenitor.
Hola, Críticas: Con tu análisis, me has introducido muy bien en las paranoias y traumas de Kafka y me gusta la especie de mutación que hay entre el cuervo y el padre, que parece sacado de un libro de Poe (a mi parecer)
ResponderEliminarAbrazos y besos.
Tornasol