-Para aquellos que no han rechazado la llamada, el primer encuentro de la jornada del héroe es con una figura protectora (a menudo una viejecita o un anciano), que proporciona al aventurero amuletos contra las fuerzas del dragón que debe aniquilar.
Teseo y el Minotauro. |
La viejecita servicial y sabia o el hada madrina son personajes familiares al reino de las hadas europeo; en las leyendas cristianas de los santos ese papel lo representa generalmente la Virgen. La Virgen puede interceder para ganar la merced del Padre. La Mujer Araña con su tela puede dominar los movimientos del Sol. El héroe que llega bajo la protección de la Madre Cósmica no puede ser dañado. El ovillo de Ariadna devolvió a Teseo sano y salvo de la aventura del laberinto. Esta es la fuerza guía que corre por la obra de Dante en las figuras de Beatriz y la Virgen, y que aparece en el Fausto de Goethe sucesivamente como Gretchen, Helena de Troya y la Virgen. "Eres vivo manantial de esperanza -reza Dante al final del feliz pasaje a través de los peligros de los Tres Mundos- Eres tan grande, señora, y tanto vales, que todo el que desea alcanzar alguna gracia y no recurre a ti, quiere que su deseo vuele sin alas."
Lo que representa esa figura es la fuerza protectora y benigna del destino. La fantasía es la seguridad, la promesa de que la paz del Paraíso, que fue conocida primero dentro del iventre materno, no ha de perderse...
No hay comentarios:
Publicar un comentario