"-La literatura moderna se ha dedicado en gran parte a hacer una observación valerosa y exacta de las figuras enfermizas y rotas que pululan ante nosotros, a nuestro alrededor y en nuestro interior, donde se ha reprimido el impulso natural de protestar en contra del holocausto, de proclamar las culpas o anunciar las panaceas, ha encontrado realización la magnificencia de un arte trágico más potente para nosotros que el arte griego: la tragedia realista, íntima e interesante desde varios aspectos, de la democracia, donde se muestra el dios crucificado con su cara lacerada y rota en las catástrofes no sólo de las grandes casas sino de lo hogares más comunes. Y no hay ninguna creencia hecha sobre el cielo, la futura felicidad y la compensación para sobrellevar la majestad amarga, sino la oscuridad más absoluta, el vacío de la insastifacción, que reciben y se comen las vidas que han sido espulsadas del vientre sólo por fracasar.
En comparación con todo esto, las historias breves de las realizacione que hemos logrado parecen lastimosas. Demasiado bien sabemos cuánta amargura de fracaso, de pérdida, de desilusión y de insatisfacción irónica circula en la sangre hasta de los seres más envidiados del mundo. De aquí que no estemos dispuestos a asignar a la Comedia el alto rango de la Tragedia. La comedia como sátira es aceptable, como diversión es un agradable medio de escape, peor el cuento de hadas de la felicidad ya no puede ser tomado seriamente en cuenta; pertenece a la "tierra de nuca jamás" del la nfancia, protegidas de las realidades que bien pronto serán conocidas en forma terrilbe; así como el mito del cielo eterno sólo se tiene vigencia para los ancianos, cuyas vidas están detrás de ellos y cuyos corazones tienen que ser preparados para pasr el último portal del tránsito a la noche.
Pero ese serio juicio occidental moderno está fundado en un malentendido total de las realidades representadas en el cuento de hadas, en el mito y en la comedias divinas de redención. Estas, en el mundo antiguo, se consideraban de más alto rango que la Tragedia, de veredad más profunda, de realización más difícil, de estructura más sólida y de revelación más completa.
El final feliz del cuento de hadas, del mito y de la divina comedia del alma deben leerse no como una contradicción sino como la trascendencia de la Tragedia Universal del hombre. El mundo objetivo sigue siendo lo que era, pero como el énfasis ha cambiado dentro del sujeto, se nos muestra transformado. Donde antes contendían la vida y la muerte se manifiesta ahora un ser perdurable, ten indiferente a los accidentes del tiempo como el agua que hierve en un recipiente lo es al destino de una burbuja, o como lo es el cosmos a la aparición y desaparición de una galaxia de estrellas. La Tragedia es el rompimiento de las formas y de nuestra unión con ellas; la Comedia es el júbilo bárbaro, descuidado e inagotalbe de la vida invencible.
Así las dos son término de un sólo tema mitológico y de la experiencia que las incluye y en lacual se unen: EL camino hacia abajo y el camino hacia arriba (káthodos y ánodos) que juntos constituyen la totalidad de la revelación que es la vida y que el individuo debe conocer y amar si ha de sufrir la purgación (katharsis-purgatorio) del contagio del pecado (desobediencia a la voluntad divina) y de la muerte (identificación con la forma mortal).
"Todas las cosas cambian, nada muere. El espíritu ambula de aquí para allá, y ocupa el marco que le place...Porque aquello que una vez existió ya no es, y lo que no era, ha llegado a ser. sí, el enorme círculo de mocimiento ha girado una vez más." (Ovidio, Metamorfosis)"
-De J.C. El Héroe de las Mil Caras.
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