jueves, 10 de enero de 2013

Las Flores del Mal, Baudelaire

"...La obra resultaba revolucionaria, no sólo por el contenido, sino tambiçen por la forma. El poeta renunciaba a cantar a los mártires cristianos, a los nuevos hçeroes de la libertad, a los genios políticos y militares creadores del reciente orden social, al sencillo pastor incontaminado en el ambiente campestre. Esto había sido lo habitual en la Francia decimonónica en los poemarios anteriores al suyo. Menos aún respondía el libro a una intenciçon moralizante o puramente ornamental. No se dirigía a las masas, sino a una minoría superior en espíritu y rn sensibilidad al individuo vulgar aficionado a la novelilla lacrimógena con final edificante y feliz. A medio camino entre la truculencia y el refinamiento, la pasión desbordada y el estoicismo lúcido, la elevación mística y la sordidez asqueante, Las Flores del Mal no podían menos que suscitar el rechazo de una buena parte de la sociedad de la época. El escritor quería inspirar horror, y lo logró. Superó al romanticismo y a los parnasianos, trazó un sendero por el que habrían de pasear Rimbaud, Mallarmé, Latréaumont, los autores aglutinados en torno al manifiesto simbolista redactado por J. Moréas, y, a través de Verlaine, influyó en el movimiento surrealista encabezado por André Breton. Si no fuera porque la frase parece uno de esos tópicos a memorizar por los sufridos estudiantes de bachillerato, podría decirse que con Baudelaire se cerraba un época y se iniciaba otra en el azaroso camino de la Poesía..."

-De E. López Castellón

2 comentarios:

  1. La portada es muy afín con el texto y, aunque da algo de repelús, la veo impactante y de película de Hitchcock. Has escogido una prosa muy buena, como casi todo de Baudelaire. Besos
    Tornasol.

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  2. Sí la portada es de repelús (qué palabra deliciosa repelús, muy manchega) pero le va bien, ¡Baudelaire no se andaba con tonterías!

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