miércoles, 3 de septiembre de 2014

Rincón de la Poesía

César Vallejo


Setiembre



Aquella noche de setiembre, fuiste 
tan buena para mí... hasta dolerme! 
Yo no sé lo demás; y para eso, 
no debiste ser buena, no debiste. 

Aquella noche sollozaste al verme 
hermético y tirano, enfermo y triste. 
Yo no sé lo demás... y para eso, 
yo no sé por qué fui triste... tan triste...! 

Solo esa noche de setiembre dulce, 
tuve a tus ojos de Magdala, toda 
la distancia de Dios... y te fui dulce! 

Y también fue una tarde de setiembre 
cuando sembré en tus brasas, desde un auto, 
los charcos de esta noche de diciembre.

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