UN DOMINGO DE VERANO.- Huecos en los aparcamientos de la calle. Mediodía y silencio.Sólo un portazo seco de la furgoneta, junto con el salto atlético del empleado dejando el pan y los bollos en la panadería. Sonríe a la chica que recoge las bolsas con diligencia. Morena ella, ojos oscuros y despiertos que derrochan juventud. Él le susurra una broma, ella ríe. Llega una clienta y se rompe el hechizo. Le da el pan. Un euro, señora. Sí, sí, está bien cocido. A pasar buen día, señora . Adios, Chema, hasta mañana. Que no se te olviden las tarrinas.
La sombra y el leve viento siguen refrescando los bancos de madera en la rotonda. En el del centro, se ha sentado una anciana con bastón. Guarda el abanico y cuenta las vueltas que le han dado en la panadería. Las mete en su monedero y descansa la mirada hacia el reposado cielo.
Alguna nube sigue desperezándose por el manto azul intenso. Crecen poco a poco, se juntan, formando una familia bien avenida que salen de excursión donde el aire les lleva. Van despacio porque nunca hay prisas por esas altitudes, donde la tranquilidad sólo se altera por el sonido de algún avión o por el enfado brusco de un trueno sin sentido.
Así debería ser pero, aquí abajo, el "animal hombre" también sin sentido, descarga sus armas, su furia, su electricidad, como los fenómenos atmosféricos, y tierra y cielo tan nítidos, se convierten en una secuencia de película con efectos especiales, por desgracia, sin un Director razonable que diga a su debido tiempo ¡¡CORTEN!!
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Tornasol
Etiquetas.- Desde el caos.
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Tornasol, buenas tardes.
ResponderEliminarMe ha gustado, pero prefiero la parte "fotográfica" de inicio hasta ese párrafo final que lo rompe todo. Pensé que era un incendio lo del final, pero al releerlo creo que me he confundido.
Un abrazo.
Hola compañeros, saludos Pablo,qué bueno saborearte y leerte por aquí.
ResponderEliminarSí la parte descriptiva tiene mucha fuerza.
Animo y a escribir.
Hola, mi niña: Me alegro que estés de vuelta y criticando, como corresponde a criticaslocas. Muchos besos.
EliminarHola, Pablo: ¡Qué bien que te entretengas en leernos! Ya me doy cuenta que cuando en nuestros relatos ponemos algo que se "sale del contexto" nosotros, lo tenemos muy claro, pero a los demás les cuesta entendernos. Pasa casi siempre. Te voy a explicar lo que yo quería expresar. No sé si lo habré logrado. En el escrito intento hacer un contrapunto con la paz, la tranquilidad, de un domingo en calma con la anciana mirando al cielo reposado, etc, etc, con el contraste de (pensando en Gaza y demás) de la guerra (sin nombrar bombas, misiles, ni nada) pero haciendo un juego cinéfilo donde no hay un mandamás que diga !!Basta!! Con ello pretendía, como te digo el contrapunto y a la vez el final sorprendente. Yo lo veía claro al escribirlo, pero también veo bien lo del incendio que me insinuas. Muy buena crítica, Pablo. Abrazos.
ResponderEliminarHola de nuevo, Pablo: Pensando en tu crítica y releyendo mi relato, he añadido algunos sustantivos aclaratorios, con lo que creo ha quedado mejor, ¿tú que crees? ¿Se entiende a la conclusión que he querido llegar? Díme lo que te parece y gracias. Abrazos. Tornasol
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