Ataúdes Tallados a Mano
Esta
narración se enmarca en el conjunto de relatos que Capote tituló como “Música
para Camaleones”. Cuando se publica, él
ya es un autor consagrado y reconocido. Ha depurado su estilo al máximo,
resultando ser un observador detallista y con una prosa aparentemente sencilla
que sin embargo hace del retrato del ser humano su gran cualidad.
“Ataúdes
tallados a mano” prosigue lo que abrió en su ya conocida novela “A Sangre
Fría”; introduce el estilo de crónica periodística y de investigación a la
literatura. Un acierto que a ningún autor se le ocurre antes y que Capote lleva
a sus máximas cotas debido a la búsqueda de la perfección narrativa. Capote es
muy exigente consigo mismo, quiere renovarse constantemente, llegar a ser el mejor
de los escritores. Con “A Sangre Fría” logra el reconocimiento internacional
definitivo, él hace que la literatura se haga crónica real.
Siendo
su personalidad inquieta, la sed de perfección le lleva a dar un paso más con
“Ataúdes”, él la califica de novela real corta no como relato, dándole entonces
una nueva dimensión a los cánones ya establecidos. Capote se digiere a sí mismo
colocándose en el centro de la historia, como narrador principal, funde a autor
y personaje en una misma aparición. Si bien en “A Sangre Fría”, él desaparece
tras la crónica de los hechos, como lo hace un periodista, en éste relato, él
es actor, personaje, autor. Y no duda en darle realismo incluso introduciendo
elementos comunes y veraces de su vida, las fiestas, los viajes a Europa, que
no hacen sino reforzar el espejo de lo real.
“Ataúdes”,
es la crónica de unos asesinatos en serie cometidos por un cacique llamado
Robert Hawley Quinn. La narración es en
primera persona, aunque como todos los grandes, la voz planea con naturalidad
por todos los ambientes y recovecos de los otros personajes. En realidad el eco
de la narración sabe a omnisciente, con la particularidad de que introduce
constantemente la técnica del diálogo, lo que refuerza el toque testimonial que
toda buena crónica periodística debe llevar. Capote además usa figuras
retóricas como la prosopografía y el retrato (pág. 128, Ataúdes, Retrato de
Quinn, Edit. Compactos), a través de lo aparentemente superficial, unas gafas,
los detalles de unas botas, nos recrea con exactitud cómo son las almas de los
personajes. La esencia.
Capote
sabe manejarse en la vida social y en el éxito y la popularidad, en sus propios
relatos también. No le importa desdoblarse y mostrar sus propias debilidades
reales si así el Capote personaje resulta perfecto. Es por eso que lejos de
ocultar su vida disoluta y algo caótica personal, la asoma en la narración. Un
hombre no se define por eso, parece querer transmitirnos, o eso no impide ser
un gran autor.
Así que
quizá hay que plantearse que dentro de Capote autor, existe una esencia en el
fondo inocente, su vida reflejada en un
relato, resulta algo valiente y valioso.
Por el
relato desfilan varios personajes que pueden quizá ser simbólicos sin tenemos
en cuenta que lo que Capote hace en realidad es una crítica social a parte de
América. Lejos de parecer un panfleto, la narración se crece, se vuelve más
rigurosa en sus pinceladas realistas. Capote abandona las ciudades cosmopolitas
y modernas de América para hacer que nos adentremos en el medio oeste más
cerrado y tradicionalista. Donde Quinn se eleva y representa la autoridad, el
miedo y el caciquismo. Su poder en el pueblo es enorme, sus influencias le
preservan de la justicia y sus actitudes mafiosas son avaladas por el silencio
y la connivencia de la gente.
De otro
lado, Capote desgrana a Jake Pepper, detective, su personaje es lo antagónico a
Quinn. Representa la ecuanimidad y la integridad, el ímpetu de la justicia.
Pero pronto el relato revelará su intención crítica: Esa misma integridad no es
un elemento lo suficientemente fuerte y elevado para garantizar al héroe (sea
ficticio o real) la victoria.
Ambos
personajes resultan ser un arquetipo simplista, el bueno y el malo. Pero la
astucia de Capote como autor pronto nos hace olvidarnos de esa simpleza
argumental. Ambos están llenos de matices, ambos tienen sus razones, ambos
resultan atractivos.
Capote
se desliza entre ellos siendo otro personaje más, concediéndose la labor de
narrador y testigo a la vez. Camuflándose en las descripciones que asoman sus
propios miedos, Quinn le repele y le fascina, admira a Pepper y lo estima, pero al mismo tiempo lo ve
previsible, un hombre mundano. Un héroe sin ficha ganadora. (Pág. 98, Ataúdes, Edit. Compactos)
Es por
eso que las descripciones que hace sobre
Jake, siempre están plagadas de verbos como golpeó, confinado, frustrado…Capote
intuye que Jake no ganará la acción, como en muchos casos ya reconocidos el
caciquismo estrangula la justicia americana.
La trama
es sin embargo interesante, un puzle de testimonios y detalles que va envolviéndonos.
Capote sabe cómo hilar las pistas para mantenernos entretenidos y hacer que
tengamos siempre a Quinn en la punta de los dedos. Pero Quinn siempre se
escapa, y provoca frustración en el lector. Una frustración tan real como lo es
la crónica, tan común, tantas veces visto en tantas noticias e historias
televisivas. Y es por esto mismo que el
relato se engrandece.
Capote
es un experto de los contrastes, y en
“Ataúdes” lo demuestra. Es capaz de describir el lado sórdido y vulgar de la
vida, de quitarle la máscara al glamour de las estrellas con las que se codea
en sus fiestas. Sabe mucho de lo frágiles y dependientes que son. Pero también
sabe coger las riendas y mostrar una América desigual y estancada.
Así
“Ataúdes” se convierte en una narración honesta, valiente. Y supera con creces
los prejuicios que muchos lectores albergan sobre la novela negra como mero
entretenimiento.
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De Isabel Simón.
Hola, Críticas: Me gusta mucho cómo nos has descrito un "complemento completo" valga la redundancia de la personalidad de Capote (aunque él no se molesta en ocultar defectos ni virtudes) y cómo ve a los personajes de los relatos de "Música para camaleones" por cierto de este primer relato no se habló y a mí me encantó por su originalidad. Gracias- Besos.
ResponderEliminarTornasol
Siempre puedes hacerlo tú ahora, Tornasol. Anímate.
EliminarSí, Hispaniola, tienes razón. Queda dicho. Por cierto, gracias a todos por vuestros análisis de Truman. Ahora mismo me queda la mitad aproximadamente de un relato que estoy escribiendo para esta tarde en el club de escritores, mañana todo el día terminando la maleta porque pasado me voy a la playa hasta el 10 o el 12 si el tiempo lo permite, así que estoy a tope. Cuidaros de las muelas. Abrazos y besos.
EliminarTornasol
Las fotos no tienen desperdicio, ese Capote abrumado por Marilyn...me encanta...me parece muy tierna. Anímate con los camaleones Tornasol...
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