El parque, en pocos días, se ha teñido de verde, mientras los olivos se despiden de sus hojas viejas impulsadas por el aire, dejando lugar a las abundantes recién nacidas para dar mayor brillo al árbol. Un cedro se despega orgulloso, asegurando con altivez, ser el más bello de las demás especies.
Al compás de la fuente redonda de los siete chorros, las palomas saltan a ritmo de vals y esquivan las salpicaduras del surtidor. Unos niños tiran chinas al pequeño estanque y ríen cuando el agua revoltosa moja sus cabellos y su cara. Una madre les llama la atención porque el sol se esconde entre nubes de tormenta y comienza a refrescar paulatinamente. Hora de retirarse. La tarde termina, como pronto finalizará el mes de abril.
Maribel Sebastián (como Tornasol)
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