FALSA PRIMAVERA.- (microrrelato)
¡Ah! caramba ¿ha llegado la primavera? Bueno, pero que no se crea nadie que sólo soy yo la despistada. Ni hablar. Acaba de llover. Los coches, aparcados ahí enfrente, no lejos de mi ventana, aún retienen gotas que, con este resol frío de la media tarde, parecen estrellas minúsculas lanzadas del cielo por un soplido imprevisto de viento; los pájaros del barrio vuelan desorientados de un árbol con hojas recién nacidas, a otro pelado completamente, con algo de pudor por exhibirse desnudos todavía empapados por la lluvia. A mamá pájaro se la nota triste. El ramaje del nido que casi tenía concluso, está descolocado, una rama con varias hormigas, otra rama medio rota, otra partida, una bola de algodón mojada, unas pajitas con algo de barro. Con el trabajo tan artesanal que había realizado con la ayuda de parientes y amigos. Pío, pío, pío, se lamenta, temiéndose que no podrá acabar la obra para el plazo previsto. Ellas, las aves, no entienden de calendarios, pero yo que tengo uno aquí en el salón, desde mi bata de invierno, veo con sorpresa, un enorme 22 de marzo. ¡qué locura!
Tornasol
La Primavera siempre sorprende, querido Tornasol
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