sábado, 12 de noviembre de 2016



Para leer con:
"Lucía de Lammermoor" (escena final) - Donizetti



Sucede en ocasiones cuando por determinadas circunstancias estamos un tiempo, no mucho, frente a una persona absolutamente desconocida para nosotros y algo en ella nos llama la atención. Rápidamente nuestra imaginación comienza a tejer un relato de vida, de una vida imaginada, que vamos velozmente escribiendo en el aire con palabras de letras transparentes que tan solo nosotros podemos leer.

Les propongo que miremos a esta mujer y que ayudados por el sonido de hoy, por este lamento que brota de un corazón que clama por una ausencia que sabe ya eterna, comencemos a escribir pausadamente palabras de letras transparentes en el aire. 

Les aseguro que pueden llegar a sorprenderse muy gratamente del resultado.

2 comentarios:

  1. PRECIOSA PROPOSICION PETER, ME ENCANTAS TUS ENTRADAS.

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    1. Hola, ya lo creo:

      ¡Qué recuerdos me trae aquella casa del olivo! Los arándanos brotaban en el jardín, los niños de los amos correteaban tras los patos, la hiedra, como un ascensor, ascendía hasta nuestra alcoba entonando, con ayuda del aire, una nana para nuestra hijita. Pero vinieron tiempos peores. Tuve que partir hacia una lejana ciudad. Cinco años sin verte, sin oler tu cuerpo de hierba del campo. Los amos me avisaron de tu accidente. ¿Cómo decirle a la niña que no volverá jamás a ver a su papá? Adios, querido. No te olvidaré.

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