Para leer con:
"Lucía de Lammermoor" (escena final) - Donizetti
Sucede en ocasiones cuando por determinadas
circunstancias estamos un tiempo, no mucho, frente a una persona absolutamente
desconocida para nosotros y algo en ella nos llama la atención. Rápidamente
nuestra imaginación comienza a tejer un relato de vida, de una vida imaginada, que
vamos velozmente escribiendo en el aire con palabras de letras transparentes
que tan solo nosotros podemos leer.
Les propongo que miremos a esta
mujer y que ayudados por el sonido de hoy, por este lamento que brota de un corazón
que clama por una ausencia que sabe ya eterna, comencemos a escribir pausadamente
palabras de letras transparentes en el aire.
Les aseguro que pueden llegar a
sorprenderse muy gratamente del resultado.
PRECIOSA PROPOSICION PETER, ME ENCANTAS TUS ENTRADAS.
ResponderEliminarHola, ya lo creo:
Eliminar¡Qué recuerdos me trae aquella casa del olivo! Los arándanos brotaban en el jardín, los niños de los amos correteaban tras los patos, la hiedra, como un ascensor, ascendía hasta nuestra alcoba entonando, con ayuda del aire, una nana para nuestra hijita. Pero vinieron tiempos peores. Tuve que partir hacia una lejana ciudad. Cinco años sin verte, sin oler tu cuerpo de hierba del campo. Los amos me avisaron de tu accidente. ¿Cómo decirle a la niña que no volverá jamás a ver a su papá? Adios, querido. No te olvidaré.