jueves, 27 de noviembre de 2014

De Presentaciones e Inciativas


Preparando la Gran Presentación del libro Silencios Cantados

lo haremos cantando en directo el sábado 29 de noviembre a las 19:00

en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.




-Querida María, amiga, sabes que adoro tu voz. Mucha suerte en la presentación. 












lunes, 24 de noviembre de 2014

Frases que apuntarse


Resultado de imagen de fotos de juan goytisolo


JUAN GOYTISOLO




Enhorabuena, palabras siempre sabias las tuyas, flamante Premio  Cervantes.

RELATO.

UNA DE SUSPENSE.-
            TENSIÓN EN UNA HORA.
Los ventanales del salón permanecían herméticamente cerrados a pesar de ser las cinco de la tarde. Un rayo de sol se colaba indiscreto por una rendija de uno de los cortinones.
          -¡Qué fallo, Nice! Ese trozo de tela se clarea. La tapicería tiene ya muchos años, pero no creo que por ahí se haya visto nada.
          -No, señora, es una insignificancia. No se preocupe  ¿voy quitando ya las tazas de la mesita?
          -Sí, mujer, rápido. Límpiala con un multiusos y las tazas no las dejes sucias en el fregadero, frótalas a conciencia y, bien secas, las pones en la vitrina.
          Doña Águeda iba de una esquina a otra del gran salón, miraba el reloj de pared, después confrontaba el de su muñeca, se frotaba las manos sin parar, examinando las dos butacas, minutos antes ocupadas, y por último la alfombra por si descubría algún papel o detalle, que delatara aquella tarde, la presencia de alguien que no fuese Nice y ella misma,
          ¡¡Nice, trae mi linterna  y ven enseguida!!

          Nice llevaba diez años en la casa. Obedecía a su señora hasta la saciedad. Entró a su servicio siendo casi una niña y todo lo bueno y malo que sabía  se lo había enseñado ella, además de recibir un gratificante salario y buenas propinas.
          -Mira, Nice  ¿ves esas manchitas?¡Son de sangre! ¡Son recientes! Tranquila ves al baño, ¡ah! primero miras a ver si  hay algún  pelo largo rubio por el lavabo. Quítalo. Luego en la repisa, hay un pulverizador, echas agua, un buen chorro de amoniaco y lo mezclas. Y trae también dos toallitas de aseo. ¡¡Vuela, muchacha!!
          Mientras Nice va al cuarto de baño, doña Águeda mira el reloj. Sólo quedan veinte minutos para que regrese su hijo. Con los ojos desorbitados, piensa: "!Ay, Dios, no me acuerdo bien!! Tengo que buscarlo por internet si la sangre en la alfombra se quitaba con amoniaco  o con agua oxigenada, y luego creo que había que absorber la humedad con un secador de mano"
          -Señora, aquí tiene todo, ¿lo voy rociando?
          -Sí, sí, ya desconecto el ordenador. Venga, tú frota con un paño, yo con otro, tú con éste, ahora seca, ahora alisa con la aspiradora. Fuerte, fuerte. Ya está, ¿se nota algo? Ha desaparecido, bien Lleva todo al trastero. ¡Quedan cinco minutos!  Cuando dejes todo en orden, te vas al invernadero. Compruebas con detenimiento si se ha descolocado la colcha de flores que tapa a la novia de mi hijo. Esa lagarta se ha quedado con las ganas de sacarle todo el dinero al bueno de mi Nacho. Menos mal que él no entra ahí por su alergia. Después te vienes despacio, sin cansarte, sabes que pasadas las doce tenemos trabajo.
          A los siete minutos justos, al abrirse, la verja del chalet chirrió más que nunca.
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Tornasol. .maribel sebastián.

domingo, 23 de noviembre de 2014


Para leer con
"El Invierno (Largo) . Las Cuatro Estaciones. Vivaldi"



Recuerdo el carbón y las astillas y las llamas rojizas vivas de su interior. Recuerdo aquella barra dorada siempre reluciente a lo largo de su enorme cuerpo. Recuerdo que todos nos juntábamos a su alrededor, íbamos y veníamos, conversábamos, mientras ollas y pucheros se dejaban largo rato sobre él y el aire se iba haciendo denso y se llenaba de olor, de calor.


Pero sobre todo recuerdo los largos ratos pasados delante de aquel enorme fogón, envuelto en la manta de la cama y pelado de frío, cuando en la Casa Grande todos dormían, escuchando los quebrantos del fuego al agonizar, cada noche, prisionero en su interior.

jueves, 20 de noviembre de 2014

Inocencia de última generación

Estaban a mi lado, en un banco del parque. Una, de piel oscura, el pelo corto y muy negro; de mejillas sonrosadas y melenita rubia, la otra. La morena susurraba a su amiguita con voz melosa, al tiempo que le atusaba el pelo. La tarde declinaba.

De repente, la niña levantó la cabeza y se envaró. Se llevó el dedo a los labios y escondió la muñeca rubia entre sus brazos. Al cabo, cuando se alejaron los uniformes, miró la carita de ojos asombrados y dijo: “Porque, vamos a ver, ¿tú tienes papeles?”.

miércoles, 12 de noviembre de 2014



Para leer con...
"Concierto para clarinete -  Adagio. Mozart"




Enfrascado en combate contra invisibles piratas le aticé de lleno al jarrón del comedor con el sacude mantas. Los piratas se fueron de inmediato dejándome solo y en el marco de la puerta de cristales apareció mi madre: !Por Dios!. ¡Para quieto! Quieto estaba, cuando escuché la voz de mi abuelo que llegaba desde el pasillo ¡Gorrión anda ven aquí! Sin soltar el sacude mantas atravesé volando la puerta y fui hacia él.


¿Todavía no te he presentado a Mozart, verdad? No abuelo, ¿es otro músico? Si Gorrión, y hoy le vas a conocer.


EROTISMO EN EL MICRO.

     DE ILUSIÓN SE VIVE TAMBIÉN.-       MICRORRELATO.
                    Me miro en el espejo mientras me afeito y descubro, cada nuevo día, una pequeña arruga, el entrecejo más fruncido  de  lo normal, los ojos salientes, inyectados en sangre, insomnes por la falta de descanso, ¿es eso normal a mis treinta y cuatro años?
                    Betty tiene la culpa de mi nerviosismo, de la falta de sueño, de mi desasosiego constante, de mis movimientos compulsivos, de las obsesiones nocturnas. En mi duermevela sueño con ella, con sus labios entreabiertos y jugosos, con sus ojos oscuros fijos en mi cuerpo que sigo cuidando con exceso en el gimnasio, sólo por ella, en mis abdominales señalados a fuego. por si algún día Betty se recrea en arañarlos, en cederme sus encantos y sus atributos tan deseados. Es arrebatadoramente  hermosa. La veo a diario desde mi ventana. 
               Ha despertado la primavera. Las jóvenes se visten llamativas, muestran sus piernas alargadas  por los tacones, pero ella no sé cómo lo hace. Las minis son diferentes. Se balancea al vuelo de su falda con andares de chica mala, provocadora, de prostituta, diría yo. Las pronunciadas caderas como los hoyitos de sus rodillas, que me dan ganas de amasar y besar. Con las sandalias, los dedos meñiques de sus pies son redondos  y rosas como pezones de mujer embarazada, que se prestan a ser mordidos. Me llevaría a una isla desierta su larguísima melena de ondas grandes, color oro, que me serviría de edredón de plumas. ¿Cuándo la poseeré? ¿cuándo la haré mía? Ese día los pájaros enmudecerán; los grillos dejarán de cantar; el rumor del río y el silbido del viento cesará. Sólo será audible el disfrute bullicioso de nuestras caricias y risas,  y los apasionados suspiros y gemidos en la noche.

TORNASOL.  EL CLUB DE LOS ESCRITORES.  



En La Libre de Barrio hablamos de tí, John.
Tos ojos dolientes, Pulitzer en mano, sonrisa rabiosa.
Te rescatamos de "Marea Creciente", con Strout detrás.
Saltos al vacío, poemas magistrales, próxima parada: McCullers.
Próxima clase, mujeres fatales, nos vemos, afilad los lápices.


Rincón de la Poesía




Llegamos a Waterloo con tiempo de sobra


El sol corría en el cielo, el taxi voló; 
había una especie de fiebre en el reloj 
esa mañana. Llegamos a Waterloo 
con tiempo de sobra y supe encontrar mi rumbo. 
El café amargo en un pequeño restaurante 
nos dio para conversar. Cuando el tren 
comenzó a andar te vi volverte 
y desaparecer, y las venas de mi cerebro 
estallaron, el tren rugió, los demás pasajeros 
saltaron presurosos, ardiendo el mudable aire 
che si cruccia, oí los demonios maldecir 
y chillar de alegría en ese lugar lejano a la súplica. "

John Berryman


miércoles, 5 de noviembre de 2014

FENÓMENOS OTOÑALES

FENÓMENOS OTOÑALES.  HAIKÚS.

Asoman setas
en el arbusto viejo
cae la lluvia.

Está muy raso
el frío de noviembre
hiela el tejado

Hay misa de seis
viejitas enlutadas
ven amanecer.

Los peces duermen
los cangrejos se fueron
llegará mayo.


TORNASOL.

lunes, 3 de noviembre de 2014

FUERA DEL CEMENTERIO.


         FUERA DEL CEMENTERIO.-  No he visitado el camposanto este 1 de noviembre. Al pasar muy cerca rozándole con el coche, he escuchado unas risotadas roncas y bulliciosas. ¿Provienen de monstruos escondidos entre los cipreses? Pasadas las siete de la tarde, ya anocheciendo, podría ser una alucinación. Pero no. Saqué por la ventanilla la cabeza todo lo que pude. Era un grupo familiar, cerca de una tumba. Sencillamente alguno habría soltado un chascarrillo y los demás no podrían hacerle el feo de no reirle la gracia. Vi las preciosas flores recién colocadas,  aún con perfume, frescas  de  colores salpicados de humedad, y mármoles con un brillo sobrenatural que, recibiendo  esa luz de la tarde, parecían escaleras interminables  que suben al cielo con premura, antes de que la noche les cegara. Cruces luciendo el brillo de una mano amiga; La Piedad, perdida el color oro viejo  por los años pasados ante los hielos del crudo invierno  y los sofocantes calores de agosto; un ángel de la guarda, con todo su esplendor, sobre una tumba de poca longitud, guardando con sigilo el sueño de  ese pequeño indefenso; un libro abierto de piedra  en el que una pluma de ave misteriosa escribe los mandamientos de la ley de Dios y las lápidas repletas de grandes manojos de flores  y  cintas de raso recogiéndolos con lazadas  perfectas e inaccesibles. Rostros medio compungidos, y cuerpos arreglados como para una fiesta, aunque alguna lágrima se mezcle entrecortada con la oración.
          Sigo dentro del coche. Este cementerio no es como el de antes con las tumbas llenas de flores secas y alguna margarita deshojada, lápidas con desconchones y sin adornos, un ángel de púrpura marrón oscuro velando el sueño de los huérfanos, mujeres con flores de plástico y vestidos negros, chicas jóvenes con velos zurcidos, socavones cerca de los nichos, malas hierbas por alrededor, recogimiento y pena en los rostros, cánticos de semana santa, de dolor, de pérdida, de una pena honda que traspasa los altos arbustos con espinas y las nubes grises e inquietantes. 

TORNASOL 

domingo, 2 de noviembre de 2014



Para escuchar con...
"Preludio de La Revoltosa. Ataulfo Argenta"






De noche, casi vacía de gente, parada y en silencio es como me gusta verla ahora que los años han ido pasando.  Me gusta porque de repente todo se pone en movimiento y se llena de ruido, de gente y me escucho gritar y me veo reír. Mientras giro y subo-y-bajo mi madre agita con fuerza su mano para saludarme cada vez que paso por delante de ella a la vez que reposa la cabeza en el hombro de mi padre. 


Los dos sonríen.